Adolescencia y mutaciones sociales en Argelia

4/05/2011 | Crónicas y reportajes

Varios cambios profundos han afectado la estructura de la familia argelina acarreando transformaciones en su seno, modificando su estado y el reparto de los papeles psicosociales atribuidos a cada uno de sus miembros.

Dada la importancia de la categoría social “jóvenes” en Argelia, el 75% de la población, hemos emprendido un estudio sobre los adolescentes argelinos realizado en dos tiempos: un estudio bibliográfico sobre los adolescentes en Argelia y una encuesta nacional sobre el derecho a la participación de los adolescentes con la ayuda de la Unicef.

Se trata de preguntarse: ¿En qué va este cambio? ¿Cómo afectara los individuos que componen estas familias según su nivel de instrucción, su nivel socio-económico y su espacio geográfico?

Mutaciones de la estructura familiar

Los procesos que caracterizan los cambios profundos de las estructuras familiares tradicionales son muy complejos. Los efectos provocados por estos cambios están todavía sub-analizados o simplemente ignorados. Así, las definiciones y categorías tales como niño, adolescente e incluso masculino y femenino se cargan de nuevos significados de ahí que su aplicación a la vida social y familiar no pueda seguir siendo la misma. Estos cambios en el campo social son tales que afectan las conductas, las actividades, los comportamientos y las representaciones tanto al interior de la familia como al exterior de ella. Estos cambios obligan a pensar de nuevo la institución familiar y las relaciones en su seno.

Lo que hemos anotado en el curso de los análisis realizados, es que la reducción de la base sociológica no se acompaña forzosamente de cambios de comportamiento y de actitudes. No hay forzosamente adquisición de “valores” familiares que correspondan a este nuevo espacio familiar, ni una nueva codificación de las relaciones entre miembros de familia e indirectamente tampoco hay toma de conciencia de las nuevas “misiones de los padres y educadores en general”. En la sociedad argelina actual, muchos factores contribuyen a transformar totalmente la función de la familia, lo que no puede hacerse sin modificar su sentido. La red de relaciones por ejemplo, se amplia y se diversifica.

En otros tiempos la gran familia era el único refugio, actualmente un cierto número de servicios están asegurados colectivamente sin que intervenga obligatoriamente un lazo afectivo. Organismos especializados (guarderías, hospicios) toman el relevo de la familia.

Nueva Categoría Social: La Adolescencia

Los problemas de adolescencia vividos por los adolescentes hoy día y por sus padres en su época no son de la misma naturaleza. El contexto y por consiguiente las formas de de manifestación y de expresión han cambiado. La manera de tratar estos problemas que tienen los adultos oscila entre su propia experiencia, lo que ellos han vivido y la necesidad de tener en cuenta las nuevas circunstancias. Los padres se sienten frecuentemente desarmados y se mueven entre dos modelos educativos radicalmente diferentes, lo que por una especie de fenómeno reflejo, va a engendrar en el adolescente un fuerte sentimiento de inseguridad y constituir un obstáculo para la formación de una conciencia coherente, impidiendo una capacidad de afirmación de sí mismo.

La adolescencia es una noción reciente en el campo social argelino. Hace 50 años, los individuos pasaban de la infancia a la adulta sin transición. La noción de adolescencia es pues una “construcción social” que recibe lo esencial de su contenido del sistema cultural en relación con la evolución de la estructura de la sociedad.

El adolescente va a encontrarse en la confluencia de cambios tanto individuales-en relación con su desarrollo físico y psicológico- como sociales relacionados especialmente a su entorno inmediato, la familia, que atraviesa también cambios que afectan a su equilibrio.

La adolescencia tiende a durar cada vez más (escolaridad prolongada, retraso de la edad del matrimonio) sin que las estructuras mentales y familiares se hayan adaptado a ello. Esta situación de no correspondencia es a menudo un agravante. Ser adolescente en Argelia es una situación sociológica, que plantea de ese hecho un problema de estatuto. Estatuto tanto de la noción (lenguaje) como de los que la viven. En definitiva, para el adolescente es una puesta en situación nueva en el mundo, de la que el fenómeno somático propio de la pubertad no es más que un elemento, pero es un elemento importante alrededor del cual se organizan todos los otros.

Esta ausencia y las características psico-fisiológicas propias de esta edad favorecen la aparición de conflictos cada vez más exteriorizados acarreando a veces una ruptura del círculo social.

La adolescente vive problemas específicamente en relación tanto a la edad como a la diferenciación sexual y, claro con el imaginario colectivo relativo al estatuto de la adolescente en tanto que mujer en su potencialidad, es decir, como portadora en filigrana del estatuto de futura esposa y madre en una sociedad en la que los estereotipos preceden a menudo a las situaciones.

De ahí viene la percepción claramente diferenciada, precozmente establecida o fundada en esquemas culturales que no corresponden forzosamente a la evolución de la sociedad. La adolescente es así responsabilizada, antes que el varón. Está obligada a guardar ciertas reservas. Ante las nuevas opciones, las adolescentes soportan cada vez menos las coacciones opresoras y se niegan a aguantarlas por mero respeto de las tradiciones.

Bañadas con frecuencia en una atmósfera de perpetuos afrontamientos, muchas adolescentes pasan a la acción y se marginan. Estas adolescentes ponen en tela de juicio un orden todavía en vías de establecerse. Esta constatación de los adolescentes se expresa a menudo en la más total amargura, en un estado de no estructuración tanto de las acciones como de las palabras. Estos modos de expresión a menudo muy torpes, a veces violentos deberían incitar nos a pensar de nuevo nuestros métodos educativos y a reflexionar en nuestros medios de comunicación en tanto que adultos. Un intercambio permanente debe asegurar la adaptabilidad progresiva de los adolescentes a las reglas y códigos que rigen el mundo de los adultos. Estas reglas y estos códigos jamás explicados e impuestos como fenómenos evidentes, son considerados inalterables a los ojos de los adolescentes que los descubren y que están llamados a asimilarlos y a integrarlos en el proceso de formación de su modo de asimilación de la realidad y en la elaboración de su visión del mundo.

Fatima-Zohra SEBAA-DELLADJ

Experta en el comité de derechos y bienestar del niño; Psicóloga clínica de la Universidad de Oran e Investigadora CRASC.

Artículo publicado en la revista “Pax & Concordia, de Argelia. Segundo trimestre de 2011, nº 6.

Traducido por Inmaculada Estremera, hmnsda.

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