Acoger e integrar a los migrantes muestra la calidad humana de un pueblo, por Lázaro Bustince

20/12/2024 | Bitácora africana, Opinión

El Papa Francisco pronunció un discurso en el Vaticano, el día 11 de diciembre de 2024, ante los miembros de organizaciones italianas sin fines de lucro, analizando la «centralidad y complejidad del fenómeno migratorio».

Habló sobre las innumerables vidas que son «explotadas, rechazadas, abusadas, reducidas a la esclavitud«, y los desafíos que las autoridades civiles encuentran en el cumplimiento de sus responsabilidades.

«Toda persona migrante debe ser acogida, acompañada, promovida e integrada”.

Esta generosidad y actividad está en línea con los valores humanos universales y con los del Evangelio, que nos invita a ser justos y a cuidar a todas las personas, especialmente a las más empobrecidas, abandonadas, a las enfermas y a las que están en peligro, como las personas migrantes.

Los gobiernos de varios países europeos están suspendiendo sus decisiones sobre las solicitudes de asilo sirias y de otros países, como los africanos. Muchos gobernantes están incluso a favor de las “exportaciones” de inmigrantes a países fuera de la UE, como si trataran con mercancías.

Es evidente que la acogida e integración de todos los inmigrantes requiere una urgente planificación consensuada por parte de los gobiernos implicados, para poder facilitar la migración segura, legal y regulada, y su pronta integración en el mercado laboral en el país de destino. El envejecimiento de la población se presenta como uno de los desafíos más prominentes que las principales economías mundiales deberán afrontar en los próximos años.

El Banco de España destaca, en su informe anual, que, en España, serán necesarios 25 millones de inmigrantes en edad de trabajar durante los próximos 30 años, para equilibrar el proceso de envejecimiento de la población, resolver los desajustes que podrían surgir en el mercado de trabajo, para mantener la relación entre trabajadores y pensionistas y para potenciar un desarrollo económico sostenible. Europa necesita 60 millones de inmigrantes para mantener el Estado de Bienestar hasta 2050.

Además del beneficio económico que aportan los inmigrantes, la convivencia entre razas, culturas y religiones diferentes es evidente y necesario, y puede significar un enriquecimiento mutuo de un valor humano incalculable.

Aunque las razones de la inmigración son, ante todo, la corrupción, la violencia, la opresión y el saqueo de los recursos naturales en sus países de origen, haciendo imposible una vida digna para millones de familias, la llegada de las personas migrantes puede ser una bendición para nuestros pueblos de destino.

Lázaro Bustince

CIDAF-UCM

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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