La riqueza intercultural en la vida de un enamorado de África y de la Humanidad

23/09/2024 | Editorial, Opinión

La vida actual se ha convertido en una experiencia necesariamente intercultural para todos los pueblos. Lo experimentamos en cada país, región y en cada uno de nuestros pueblos más pequeños. Esta es una oportunidad única para apostar por la erradicación de toda marginación y por promover una cultura de integración y convivencia pacífica.

Esto es también lo que el papa Francisco, desde la mezquita más grande de Asia, pide a los líderes religiosos “aislar los fundamentalismos y los extremismos, que nunca son justificables”.

Ante cien mil personas que despiden la Papa Francisco en Yakarta, este les pide que “no se cansen de zarpar y echar las redes, de soñar y de construir una civilización de paz”.

Necesitamos líderes de esta talla universal y solidaria, como Nelson Mandela, que siempre buscan integrar a todos, pues están convencidos de que nos necesitamos unos a otros para construir una convivencia de bienestar humano, social y global.

Todas las tareas, preocupaciones y proyectos de educación, sanidad y desarrollo integral de cada misionero, están siempre animadas por una cooperación intergeneracional, intergénero, interétnica, intercultural e interreligiosa.

Estamos convencidos de que esta integración y cooperación intercultural es no solamente necesaria sino además profundamente eficaz y enriquecedora para dodos. Algunos ya no sabríamos trabajar de ninguna otra forma.

Por tanto, el proceso de inculturación en la historia, lengua y cultura de cada pueblo, es para nosotros absolutamente necesario. Numerosas ONG y empresas extranjeras que invierten en África mantienen todavía una actitud y comportamiento colonial.

He tenido la fortuna de relacionarme y de trabajar en la educación integral, con hasta siete pueblos, etnias, culturas y lenguas diferentes que conozco, la cultura latina, (española y catalana), la francesa, la anglófona, la bantú y la karimojong de Uganda, la eslava de Polonia.

Este aprecio y conocimiento de la historia, filosofía, religión y cultura de cada uno de estos pueblos ha sido la clave de mi integración, cooperación y feliz experiencia de convivencia con cada uno de estos pueblos tan diversos.

Pero seamos realistas, pues existe todavía el racismo, el fanatismo étnico, político, religioso y cultural. El radicalismo parece aumentar en diversos países, dificultando el diálogo respetuoso y el encuentro, para la cooperación en los grandes objetivos de la sociedad. Las actitudes y posiciones extremas y exclusivas impiden una mirada respetuosa y un trabajo común solidario.

La responsabilidad es nuestra, pues todas las personas somos libres para elegir los valores y el estilo de vida y relaciones que deseamos compartir. Esto se aplica a los que vamos a África y a otros pueblos, así como a los inmigrantes que llegan a nuestro país.

La llegada diaria de cientos de personas inmigrantes y desplazadas que buscan una nueva vida digna, con techo, trabajo y tierra donde poder convivir en paz nos presenta cada día un nuevo reto y una nueva oportunidad.

CIDAF-UCM

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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