La población mundial alcanzó casi 8.200 millones a mediados de 2024 y se espera que crezca otros 2.000 millones en los próximos 60 años, alcanzando un máximo de alrededor de 10.300 millones a mediados de la década de 2080.
Luego caerá a alrededor de 10.200 millones, 700 millones menos de lo esperado hace una década. Ése es solo uno de los hallazgos clave revelados en el informe Perspectivas de la Población Mundial 2024 publicado el jueves por la ONU.
Sin embargo, los cambios en la población mundial son desiguales y el panorama demográfico está evolucionando, con un rápido crecimiento demográfico en algunos lugares y un rápido envejecimiento en otros, lo que hace que los datos demográficos confiables sean “más importantes que nunca”, dijo la Agencia de Salud Sexual y Reproductiva de las Naciones Unidas (UNFPA), anunciando el informe que se publica coincidiendo con el Día Mundial de la Población.
El informe «debe utilizarse para llegar y responder a las necesidades de quienes han quedado atrás«, añadió la agencia. ‘Todos cuentan’. ¿Lo aceptarán los gobernantes?
“Nuestro rico tapiz humano es tan fuerte como su hilo más débil. Cuando los datos y otros sistemas funcionan para los marginados, también funcionan para todos. Así es como aceleramos el progreso para todos”.
Para estudiar más de cerca estos datos de población, la XXVIII edición de “World Population Prospects” (WPP), publicada por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DESA) desde 1951, proporciona los últimos datos demográficos de 237 países desde 1950 hasta 2024 y proyecciones hasta el año 2100.
El WPP es crucial para monitorear los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que aproximadamente una cuarta parte de los indicadores dependen de sus datos.
Dos datos muy relevantes son: una menor fertilidad y el envejecimiento de la población. Las tasas generales de fertilidad del mundo están cayendo y las mujeres tienen un hijo menos en promedio que en 1990.
En más de la mitad de todos los países, el número medio de nacidos vivos por mujer es inferior a 2,1, el nivel necesario para que una población mantenga un tamaño constante.
Mientras tanto, casi una quinta parte de todos los países, incluidos China, Italia, la República de Corea y España, tienen ahora una “fecundidad ultrajaba”, con menos de 1,4 nacimientos vivos por mujer a lo largo de su vida.
En 2024, el tamaño de la población alcanzó su punto máximo en 63 países y zonas, incluidos China, Alemania, el Japón y la Federación de Rusia, y se prevé que la población total de este grupo disminuirá un 14 % en los próximos treinta años.
La edad media de la población mundial también está aumentando. Para finales de la década de 2070 se prevé que el número de personas de 65 años o más supere el número de personas menores de 18 años. Esto se debe en parte al aumento general de la esperanza de vida y la disminución de las tasas de mortalidad durante las últimas tres décadas.
A finales de la década de 2050 más de la mitad de todas las muertes mundiales se producirán a los 80 años o más, un aumento sustancial respecto del 17 % en 1995.
Si bien el lento crecimiento o disminución de la población se produce principalmente en los países de ingresos altos, el rápido crecimiento demográfico se producirá en los países de ingresos bajos y medianos bajos.
Específicamente, se proyecta un crecimiento muy rápido en Angola, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Níger y Somalia, duplicándose su población total entre 2024 y 2054.
Este crecimiento demográfico aumentará la demanda de recursos, especialmente en el África subsahariana y el sur de Asia, lo que combinado con una urbanización mal gestionada y un aumento de los niveles de vida empeorará los impactos ambientales.
El cambio climático presenta un desafío importante y afecta más a estos países, donde muchos dependen de la agricultura, y la inseguridad alimentaria prevalece.
En países como India, Indonesia, Nigeria, Pakistán y Estados Unidos también se espera que la población aumente hasta 2054 y potencialmente podría alcanzar su punto máximo en la segunda mitad del siglo o más tarde.
Para la población y el desarrollo, es fundamental “el reconocimiento de que la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos de las mujeres son piedras angulares del desarrollo sostenible”, dijo el secretario general Guterres.
Especialmente en los países de bajos ingresos los embarazos precoces siguen siendo un desafío. En 2024, 4,7 millones de bebés, o alrededor del 3,5 % del total en todo el mundo nacieron de madres menores de 18 años.
Invertir en la educación de los jóvenes, especialmente de las niñas, y aumentar la edad para contraer matrimonio y tener el primer hijo en los países donde estos problemas ocurren temprano, tendrá resultados positivos para la salud de las mujeres, su nivel educativo y su impacto laboral.
Estos datos sobre la población mundial afectarán especialmente a la creciente población joven del África, que constituye la esperanza futura para todo el planeta. La cuestión más fundamental se refiere a la calidad de la gestión de los recursos y de gobernanza de una clase dominante y gobernante que se preocupa por acaparar, por todos los medios, más poder y control de recursos, y se olvida de promover la dignidad de cada persona y el bien común.
Todos cuentan o deberían contar, pero eso depende ante todo de nosotros, los pueblos unidos.
CIDAF-UCM