Después de una derrota histórica en las elecciones de la semana pasada, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, ha anunciado que su partido, el Congreso Nacional Africano (ANC), buscará un gobierno de unidad nacional, para «reflejar la voluntad de los votantes y ayudar a hacer avanzar el país«. Ramaphosa hizo el anuncio después de una larga reunión del Comité Ejecutivo Nacional (CNE), que reunió a los líderes del partido y acordó la estrategia postelectoral a seguir. Aunque el ANC perdió su mayoría parlamentaria, por primera vez en la era democrática, sigue siendo el partido más votado del país. Según Ramaphosa, un gobierno de unidad nacional brindará la mejor oportunidad de “abordar las cuestiones predominantes para los sudafricanos”.
En el mismo discurso, el actual presidente dejó claro que él y el ANC habían escuchado y reconocido la “frustración” que el electorado expresó durante la votación del 29 de mayo. Ha pedido la «unidad más amplia«, invitando a los ciudadanos y partidos políticos a considerar la vía de la cooperación. En efecto, esta decisión significa que el ANC, en lugar de celebrar un acuerdo de coalición directa con un partido concreto de la oposición, como la Alianza Democrática (DA) o los Luchadores por la Libertad Económica (EFF), el ANC buscará una alianza multipartidista. Algunos han calificado esta medida como políticamente inteligente, ya que protege los intereses del ANC. Esta decisión, una coalición multipartidista, reduce la dependencia del ANC de cualquier rival político individual, a demás, es útil que sea una idea fácilmente comercializable.
Esta no es la primera vez que sucede algo así en el país. Entre 1994 y 1997, Sudáfrica estuvo gobernada por un Gobierno de Unidad Nacional, después de que el expresidente Nelson Mandela nombrará al ex primer ministro del apartheid FW de Klerk como su adjunto y otorgará un lugar en su gabinete a miembros de otros partidos, como el Partido de la Libertad Inkatha (IFP), rival del ANC en ese momento. Tres décadas después, el ANC necesita negociar un acuerdo con otros partidos antes del 18 de junio, fecha límite establecida por la Constitución para elegir al próximo presidente. Entre los problemas más urgentes en Sudáfrica se encuentran la delincuencia, la pobreza, el alto costo de vida, el lento crecimiento económico, los altos niveles de desempleo, una persistente división racial de la riqueza, graves cortes de energía y la corrupción política.
Autora: Qaanitah Hunter
Fuente: Al Jazeera – Al Jazeera – Imagen: gov.uk en Wikimedia
[Traducción y edición, Micaela Llona Bavestrello]
[CIDAF-UCM]