El viernes 28 de mayo, 50 periodistas de 11 países y 17 medios de comunicación, bajo la coordinación del consorcio Forbidden Stories, publicaron un documento, fruto de una investigación, Rwandan Classified, que saca a la luz la implacable represión que las autoridades ruandesas infligen a opositores políticos y periodistas críticos, tanto en el interior de Ruanda como en el exterior, por medio de intimidaciones, chantajes, desapariciones e incluso asesinatos. La investigación periodística saca a la luz, citando nombres concretos, las tentativas de asesinato, las muertes sospechosas, la utilización de la tecnología avanzada para vigilar incluso a miembros del propio partido en el poder.
Este documento viene a poner en cuestión y a hacer añicos la imagen, vendida por el régimen. y comprada tantas veces por los medios, de Ruanda como país modélico, capaz de superar la tragedia del genocidio y de restaurar la paz, el desarrollo y la reconciliación. El documento, más bien, presenta y denuncia el rostro de un régimen cruel, una auténtica máquina represiva, cuyos dirigentes, especialmente el presidente Kagame, gozan de impunidad a pesar de los crímenes que han cometido y siguen cometiendo. Examina también las relaciones de Ruanda con las democracias occidentales y la paradoja de que este país, si bien depende sustancialmente de la ayuda exterior (donaciones millonarias que se integran en los presupuestos generales), sea calificado como “país milagro” y “modélico”.
La publicación del informe de estos 50 periodistas ha tenido un considerable eco y tanto “Le Temps” en Suiza, como Radio-France Internationale (RFI) Le Monde, L’Humanité, Marianne, Liberation en Francia, como en Bélgica RTBF, Le Soir, La Libre Belgique, y Spiegel en Allemania, así como Radio Canada, han difundido y comentado el contenido del documento.
La reacción del régimen ruandés ha sido inmediata. Kigali acusa a los periodistas firmantes del documento de haber sido comprados/corrompidos por el presidente de la República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, en el marco de las tensiones y enfrentamiento que existe entre la RDC y Ruanda a raíz de la presencia de tropas ruandesas en el Congo en apoyo de grupos armados y del saqueo de las riquezas congoleñas por parte de Ruanda. Para el gobierno del país de las mil colinas, el objetivo de Rwanda Classified sería únicamente el de ensuciar la imagen de Paul Kagame y destruir la imagen de un Ruanda próspero. Según el ministro de Asuntos exteriores, Vincent Biruta, se trata de “un complot para desestabilizar nuestro país” y de una maniobra deliberada cuando Ruanda conmemora el 30 aniversario del genocidio; “los periodistas son utilizados por sus gobiernos para servir intereses particulares”.
Fuentes: therwandan.com – EchosdAfrique.com
[CIDAF-UCM]
