Tshisekedi, durante su campaña para la reelecciónen la República Democrática del Congo (RDC), ha acusado a Ruanda de respaldar a los rebeldes M 23 en el este de su país. El portavoz del gobierno ruandés calificó los comentarios del presidente congoleño como «una amenaza fuerte y clara«. Un grupo de expertos de la ONU ya había realizado una observación similar a la del líder congoleño en un informe publicado a principios de este año y Estados Unidos había respaldado sus conclusiones.
Tshisekedi declaró ante sus segudiores que le diría a Kagame que «dado que quería comportarse como Adolf Hitler al tener objetivos expansionistas, prometo que terminará como Adolf Hitler […] Sin embargo, ha encontrado a su rival, alguien que está decidido a detenerlo y proteger a su país«.
Hitler, responsable de la muerte de millones de personas, incluidos seis millones de judíos en el Holocausto, acabó quitándose la vida en un búnker de la capital alemana, Berlín, en 1945. Sus esfuerzos por expandir el territorio alemán llevaron a la Segunda Guerra Mundial. El M23 ha estado tomando territorio congoleño obligando a cientos de miles de personas a huir de sus hogares.
Tshisekedi había descrito con anterioridad al líder ruandés como «el enemigo de la República Democrática del Congo«. En una entrevista con la BBC el año pasado, declaró que su relación era «fría a falta de una palabra mejor. Fue él quien lamentablemente decidió atacar la República Democrática del Congo«.
Kagame, que siempre ha rechazado este tipo de comentarios en el pasado, acusó a Tshisekedi de ser un «belicista» y en cambio se centró en otro grupo rebelde en el este de la República Democrática del Congo, las FDLR lideradas por hutus, que Ruanda ve como una amenaza.
En su mensaje en la red social X en respuesta a las comparaciones con Hitler, la portavoz del gobierno ruandés, Yolande Makolo, señaló que se trataba de «una amenaza fuerte y clara del presidente de la República Democrática del Congo, en un contexto en el que las FDLR están más armadas que nunca«.
Confiamos en que los dos gobiernos más fuertes de la región de los Grandes Lagos, RDC y Ruanda, no lleguen a un enfrentamiento militar con sus ejércitos bien armados. Lo que sí parece probable es que continúen su enfrentamiento militar a través de otros grupos armados como el M23, las FDLR, etc., apoyados también por gobiernos poderosos del exterior que consiguen grandes beneficios con el saqueo de los minerales y recursos de la región. La indiferencia internacional ante las injusticias de la opresión es lamentable.
Lázaro Bustince
CIDAF-UCM