El Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudán es leal al jefe del ejército, el general Abdel Fattah al-Burhan. Sudán está suspendiendo su filiación a la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), organismo del noreste de África, por su intento de mediar en el brutal conflicto del país.
La IGAD ha estado tratando de poner fin a la guerra de nueve meses entre el ejército de Sudán y el grupo paramilitar rival Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Recientemente el gobierno de Sudán criticó a este organismo regional por invitar al jefe de las RSF a una cumbre. Jartum dice que la declaración emitida por la IGAD fue ofensiva para el gobierno de Sudán.
La IGAD fue fundada en 1996 y está formada por ocho estados: Kenia, Uganda, Yibuti, Etiopía, Eritrea, Sudán, Sudán del Sur y Somalia. Su visión actual es transformar el noreste de África en una economía de ingresos medios altos y un «faro continental de paz, estabilidad y seguridad regionales para 2050«.
La organización estuvo muy involucrado en el proceso de paz de 2005 que puso fin a otra guerra de 22 años en Sudán y el bloque también supervisó la instalación de un gobierno de transición en 2004, durante una guerra civil en Somalia. Las fuerzas militares de la IGAD también fueron precursoras de la misión de la Unión Africana que actualmente aborda la inseguridad de Somalia.
Los líderes de los países miembros de IGAD se reunieron recientemente en Kampala, la capital de Uganda, para una cumbre. El gobierno militar de Sudán se negó a asistir después de enterarse de que el jefe de las RSF, el general Mohamed Hamdan Dagalo, estaba invitado. Durante la cumbre los líderes de IGAD discutieron principalmente la guerra civil de Sudán y las tensiones actuales entre Somalia y Etiopía por un acuerdo portuario. Según la agencia de noticias francesa AFP, el organismo reiteró su llamamiento a un «alto el fuego inmediato e incondicional» en Sudán y señaló que el ejército de Sudán y las RSF deben celebrar una reunión cara a cara dentro de dos semanas. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudán emitió un comunicado informando que suspendería su pertenencia a IGAD debido a la declaración final del bloque
Los combates estallaron en Sudán el pasado abril, después de una disputa entre el general Dagalo y el general Abdel Fattah al-Burhan, jefe del ejército de Sudán. Desde entonces, el ejército ha luchado por controlar grandes zonas del país, perdiendo gran parte de la capital, Jartum, y la región occidental de Darfur en manos de las RSF. Según Naciones Unidas, la guerra ha obligado a más de siete millones de personas a huir de sus hogares y lugares más seguros dentro y fuera de Sudán. Cientos de civiles fueron sacados en avión de Sudán al comienzo de la guerra cuando los combates llegaron a zonas residenciales. El “Armed Conflict Location & Event Data Project”, un grupo de analistas, cifra el número de muertos en más de 13.000.
Desde finales de diciembre, el general Dagalo ha viajado por varios países africanos, como Etiopía, Kenia y Sudáfrica, manteniendo reuniones con jefes de Estado. Es parte de una estrategia que los analistas ven como una apuesta por la legitimidad internacional.
La paz en Sudan aparece lejana, los dos bandos siguen enfrentados por el control del país, mientras la sociedad vuelve a reclamar el diálogo, con mediadores competentes, para escuchar la voz del pueblo, que, por ahora, ninguna de las partes en conflicto ni quieren ni puede escuchar.
Todos los conflictos armados son desastrosos e inhumanos para los ciudadanos, pero las guerras civiles son las más monstruosas para la sociedad.
Lázaro Bustince
[CIDAF-UCM]