Las cifras oficiales con respecto al VIH pediátrico en Gabón recogen que al menos 543 niños están monitorizados de manera regular en diversos centros de tratamiento ambulatorio (ATC). Sin embargo, hay un consenso general que afirma que estas cifras se encuentran alejadas de la realidad. La cifra de niños que conviven con el VIH sería muchísimo más elevada y estos casos están invisibilizados. ¿Cómo se contagiaron estos niños? ¿Reciben algún tratamiento? ¿Cuáles son sus posibilidades a largo plazo?
La característica más esencial del VIH es que no discrimina en los contagios, lo que hace que los niños seropositivos de Gabón, provengan de todas las esferas de la sociedad, aunque la mayoría de ellos se han infectado durante o tras el parto, lo cual no excluye otros modos de transmisión.
La doctora gabonesa Sarah Luzolo, pediatra y especialista en VIH pediátrico, reconoce que “la vida cotidiana no siempre es fácil para muchos de estos niños y sus familias. Sobre todo, porque hay un gran número de huérfanos o de padres indigentes”. Y a este hecho se suma el desconocimiento de muchos niños, que no saben que tienen el virus, lo que también dificulta el tratamiento.
El VIH pediátrico en este país africano no tiene mucha repercusión, lo que supone una barrera en muchas ocasiones con respecto a la atención temprana. Además, existe un miedo extendido al estigma social que rodea a la realidad de esta enfermedad.
“El aspecto psicológico para explicar la enfermedad y la importancia de tomar el tratamiento adecuado y el aspecto social para ayudar a los pacientes indigentes en diferentes aspectos de la vida: realización de exámenes en la medida de lo posible, escolarización, nutrición”, asevera la doctora Luzolo.
Fuente: L´Union
[Traducción y edición, Yara Fernández]
[CIDAF-UCM]
