El brote de cólera en Sudán está empeorando, a tenor de los últimos informes de organismos internacionales. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), hasta el 12 de noviembre se habían registrado casi 3.000 casos sospechosos de cólera y 89 muertes en siete estados; cifras que duplican las registradas hace menos de un mes.
El brote inicial se registró primero en el estado de Gedaref, al este del país, pero se extendió rápidamente a Jartum, la capital, donde el hacinamiento y la escasez de agua tratada han acabado por empeorarlo.
En respuesta, las Naciones Unidas y los socios humanitarios están aumentando sus esfuerzos para combatir el brote apoyando la detección y el tratamiento de los casos. También se espera que las campañas de vacunación comiencen a finales de noviembre en los estados afectados. No obstante, la efectividad de la campaña se verá muy condicionada por la guerra civil en curso, la cual dificulta las labores de atención sanitaria a profesionales y su acceso a la población civil.
Aproximadamente dos tercios de la población carecen de acceso a la atención sanitaria y más del 70 % de las instalaciones sanitarias de las zonas en conflicto no funcionan. Desde abril, cuando comenzó la guerra civil, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha verificado 60 ataques contra instalaciones sanitarias.
Fuente: New Vision
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]