Cómo afecta en Angola la crisis climática a las mujeres embarazadas

24/11/2023 | Crónicas y reportajes

El sur de Angola sufre una sequía recurrente desde 2012, cuyo último episodio ha sido declarado por Naciones Unidas como la peor crisis climática del país africano en 40 años. Entre 2018 y 2021, las precipitaciones inferiores a la media han provocado una preocupante escasez de alimentos y la muerte del ganado, especialmente en las provincias de Cunene y Namibe.

Amnistía Internacional ya informaba en el mes de julio de 2021 que “millones de personas en el sur de Angola se enfrentan a una amenaza existencial a medida que la sequía agravada por el cambio climático sigue asolando la región”. A estas palabras se suscribía en 2022 el Banco Mundial, declarando que la sequía en el sur había dejado a 1,58 millones de personas en riesgo de hambruna.

Esta sequía influye directamente en problemas como el hambre o el aumento de los incendios forestales, además de dificultar el acceso de muchas mujeres embarazadas a la atención médica hospitalaria, por lo que los partos tradicionales en muchas regiones de Angola son la única opción.

De acuerdo con los datos que maneja la organización benéfica de salud Médicos con África CUAMM, el número de partos realizados en el Hospital da Missao Catolica do Chiulo en Cunene, ha caído drásticamente: en 2021 tenían lugar 1.891 alumbramientos, mientras que en el año 2022 esta cifra bajó hasta los 1.517.

Casa de Espera, otro centro de salud pública de Cunene, se ha consolidado prácticamente como el único recurso de la región al que las mujeres pueden acudir, incentivadas también por la escasez de agua y alimentos. La directora de estas instalaciones sanitarias, Wilca Ndapandula, ha declarado que el centro “fue diseñado para recibir solo a mujeres embarazadas con problemas de salud y complicaciones, para que puedan ser asistidas antes de dar a luz”. También ha reconocido que “con la crisis climática aquí, vemos que muchas mujeres solo quieren ser admitidas debido a la asistencia alimentaria que brindamos”.

Alice Peso, la directora de la organización no gubernamental Acción para el Desarrollo Rural y el Medio Ambiente (ADRA) en Cunene, también se ha pronunciado al respecto de esta problemática, y ha coincidido en señalar que “con la sequía, las mujeres se enfrentan a muchos desafíos, ya que se espera que mantengan a sus hijos (…) por lo tanto, muchas de ellas, a veces incluso embarazadas, se ven obligadas a ir a la vecina Namibia para hacer trabajo doméstico y poder obtener algunos recursos financieros”.

Las distancias recorridas muchas veces por las mujeres en busca de agua son kilométricas. La escasez de agua potable afecta a la higiene diaria de las mujeres embarazadas y de los recién nacidos. Debido a que muchas familias del sur sufren de una gran vulnerabilidad económica, Peso ha apuntado que el gobierno de Angola debería adoptar un enfoque más activo, con políticas públicas más realistas y la creación de un “plan de contingencia” para frenar el impacto de la sequía en la vida de todas las mujeres y personas de esta región tan perjudicada por la sequía y el cambio climático.

Autor: Israel Campos

Fuente: Al Jazeera

[Traducción y edición, Yara Fernández]

[CIDAF-UCM]

 

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