El Consejo Noruego para Refugiados (NRC) publica cada año la lista de las diez crisis de desplazamiento de población más «desatendidas«, en función de tres criterios: la falta de voluntad política de la comunidad internacional, la cobertura mediática y la financiación humanitaria.
Burkina Faso, asolada por la violencia yihadista desde 2015, vive «la crisis más desatendida del mundo«, según un ranking anual publicado este jueves por el NRC.
Burkina cuenta con «más de 14.000 personas» asesinadas en los últimos cinco años, «la mitad de ellas desde enero de 2022» y más de dos millones de desplazados internos.
En 2022, «el aumento de la violencia y el desplazamiento (de las poblaciones) han dejado a casi uno de cada cuatro burkineses en necesidad de asistencia humanitaria«, añade el informe. “Solo el 42 % de la ayuda económica humanitaria solicitada se ha repartido”.
El informe también menciona los numerosos ataques a puntos de agua por parte de grupos armados, que privaron del preciado elemento a 830.000 personas, así como el cierre de 6.200 escuelas, afectando a más de un millón de niños.
“La inestabilidad política añade otra capa a la crisis con dos golpes militares” en 2022, prosigue el NRC.
La República Democrática del Congo ocupa el segundo lugar en este ranking debido a las «crisis múltiples» en el este del país en particular. Colombia y sus “60 años de conflicto armado” es tercero por delante de Sudán y Venezuela. Sudán, Sudán del Sur, Malí, Camerún y Etiopía completan este grupo.
La ONG también critica el trato desigual por parte de la comunidad internacional de determinadas crisis en comparación con el apoyo prestado a Ucrania. “Por cada dólar recaudado por una persona necesitada en Ucrania, solo se recaudaron 25 centavos por habitante necesitado en las crisis más desatendidas del mundo”, plantea la NRC, que afirma que “la negligencia es una elección”, aunque “reversible”.
El NRC recomienda «brindar asistencia humanitaria de acuerdo con las necesidades de las poblaciones afectadas y no de acuerdo con los intereses políticos y económicos o el grado de atención de los medios a ciertas crisis«.
Mucho más relevante incluso que la ayuda humanitaria de emergencia, aunque esta sea necesaria por un tiempo, será siempre una gobernanza responsable, junto con una nueva política de acuerdos para una justa cooperación interregional e internacional, buscando siempre un desarrollo sostenible de los países y pueblos africanos, que son de los más ricos en recursos humanos y naturales y los más saqueados y empobrecidos.
CIDAF-UCM