Las cooperativas son esenciales para el desarrollo económico sostenible en África y en el mundo, por Lázaro Bustince

2/06/2023 | Bitácora africana

En ocasión del Simposio Internacional: “Las Cooperativas y los Objetivos de Desarrollo del Milenio: atención especial hacia África”, que tuvo lugar en Berlín, Simel Esim, directora del Sector de Cooperativas de la OIT (COOP), explicó por qué las cooperativas son fundamentales para alcanzar los objetivos de la agenda de desarrollo, elaborada en 2015 por las Naciones Unidas.

A medida que se intensifica el debate en torno a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)después del 2015, la OIT promueve el modelo de cooperativa como un instrumento esencial para fomentar el desarrollo sostenible. En la OIT “estamos firmemente convencidos de que los valores y principios que rigen las empresas cooperativas responden a las cuestiones apremiantes del desarrollo económico, la protección del medio ambiente y la justicia social en un mundo globalizado”.

Como lo constatamos en España y en Europa, las cooperativas desempeñan un papel fundamental en la asistencia sanitaria y social, en el acceso a los servicios financieros más justos, así como en el suministro de agua y energía en las zonas rurales de muchos países africanos.

afroamericano_empresario_cc0-2.jpgLa primera ventaja consiste en que las cooperativas contribuyen a la reducción de la pobreza. Mientras que las cooperativas de ahorro y crédito facilitan el acceso de sus miembros al capital económico, las cooperativas agrícolas ayudan a los agricultores a acceder a los medios de producción necesarios para cultivar la tierra y criar el ganado y los ayuda a procesar, transportar y comercializar sus productos. Esta cooperación ya está funcionando en muchos países de África Subsahariana.

En Etiopía se estima que 800.000 personas en el sector agrícola generan la mayor parte de sus ingresos gracias a las cooperativas.

En Egipto 4 millones de agricultores obtienen sus ingresos de la venta de los productos agrícolas a través de las cooperativas de comercialización.

La segunda ventaja de las cooperativas consiste en crear empleo. En el mundo, según la OIT, emplean al menos a 100 millones de personas. Se estima que las empresas cooperativas aseguran los medios de subsistencia de cerca de la mitad de la población mundial.

En fin, las evidencias recientes muestran que los empleos en las empresas que son propiedad de los trabajadores tienen menos probabilidades de verse afectadas por las crisis económicas y que estas empresas tuvieron un mayor nivel de estabilidad del empleo durante la reciente desaceleración económica.

En tercer lugar, las cooperativas contribuyen al logro de la igualdad de género al ampliar las oportunidades de participación de las mujeres en la economía local. Por ejemplo, 49 % de los miembros de Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado está constituido por mujeres, mientras que el 39 % ocupa cargos directivos, en comparación con el 6 % en las empresas que no son propiedad de los trabajadores.

Al mismo tiempo, informa la OIT, la presencia femenina en los consejos de administración de las cooperativas financieras puede llegar al 65 % en un país en desarrollo como Tanzania. La contribución de las cooperativas se nota en otras áreas como la producción de energía sostenible, la seguridad alimentaria o los servicios de salud.

La Cooperativa Bella Rica de Ecuador formalizó a los trabajadores en la minería de oro artesanal y a pequeña escala, muchos de ellos trabajadores migrantes, ofreciéndoles un contrato de trabajo adecuado y ayudándolos a hacer valer sus derechos sobre los minerales extraídos.

Un ejemplo en España: La Asociación Navarra de Empresas de Economía Social (ANEL), las Cooperativas Agroalimentarias de Navarra (UCAN) y la Confederación de Cooperativas de Euskadi (Konfekoop) sellaron recientemente un acuerdo de colaboración para contribuir a impulsar el cooperativismo como fórmula de progreso y desarrollo económico sostenible en ambas comunidades. Las cooperativas son una “pieza fundamental” para la reactivación económica de Navarra, pues además de dar trabajo directo a más de 11.000 personas, generan el equivalente al 12 % del PIB de la comunidad.

En 2022 se crearon 81 cooperativas, con 185 personas socias-trabajadoras que han llevado nuevos rostros a la red de cooperativas y sociedades laborales de la comunidad navarra. Este modelo “Es el único que ha crecido más de un 50 % en los últimos tres años”. Cuenta ya con cooperativas bien asentadas, como Caja Rural de Navarra, Laboral Kutxa o el Grupo Mondragón, entre otras. El relato de los nuevos cooperativistas puso de relieve la diversidad de un modelo que abarca a todo tipo de sectores de actividad, desde servicios y comercio a industria e innovación, y que está presente en todas las comarcas en las que conviven personas socias-trabajadores con diferentes orígenes y culturas.

En España constituyen una fuerza empresarial del orden de 27.000 empresas cooperativas, en cuyo seno desarrollan su trabajo más de 300.000 personas.

Europa tiene casi 180 000 empresas cooperativas con más de 140 millones de miembros. En la Unión Europea (UE) específicamente, una de cada cinco personas es miembro de una cooperativa. El informe también muestra que desde 2009 las cifras de afiliación de las cooperativas siguen creciendo en un 16 % en la UE.

Las 300 cooperativas más importantes del mundo suman un volumen de negocio de 2,14 billones de dólares. En todo el mundo existen ya 3 millones de cooperativas.

Lázaro Bustince

[CIDAF-UCM]

Autor

  • Bustince Sola, Lázaro

    Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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