El gobierno de Uganda acaba de aprobar, el 18.1.2023, la construcción de un oleoducto de 1.445 kilómetros, entre el parque nacional de Murchison Falls de Uganda y el puerto de Tanga, en el Océano Índico de Tanzania.
Uganda emitió el miércoles una oferta final a una empresa controlada por Total Energías para construir un oleoducto de 3.500 millones de dólares hasta Tanzania.
La aprobación final proporcionará un camino a seguir para la construcción del oleoducto que se utilizará para transportar el crudo del país a nivel internacional.
La firma sigue a la aprobación del lunes por parte del gabinete de Uganda que permite la construcción del oleoducto por parte de “East African Crude Oil Pipeline Company Lt.”
Total Energías es el mayor accionista de EACOP, con una participación del 62 %. Otros inversionistas incluyen la Compañía Nacional de Petróleo de Uganda y la Corporación de Desarrollo del Petróleo de Tanzania, que tienen un 15 % cada una, mientras que la CNOOC de China (0883.HK) tiene un 8 %.
Total Energías de Francia y “China Nacional Offshore Oil Corporation” firmaron un acuerdo de 10.000 millones de dólares a principios de este año para desarrollar campos petrolíferos en Uganda y enviar el crudo a través de dicho oleoducto.
El proyecto, que incluye la perforación en Murchison Falls, el parque nacional más grande de Uganda, se ha topado con una fuerte oposición de activistas y grupos ambientalistas que dicen que amenaza el frágil ecosistema de la región y el sustento de decenas de miles de personas y una exuberante fauna y flora en la región.
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, prometió continuar con el proyecto independientemente de la resolución de la UE, y advirtió que el gobierno buscaría otros socios en caso de que Total Energies decidiera escuchar al Parlamento de la UE.
El proyecto tiene como objetivo extraer las enormes reservas de crudo bajo el lago Albert, una frontera natural de 160 kilómetros de largo entre Uganda y la República Democrática del Congo, y enviar el petróleo a través de lo que se convertiría en el oleoducto calentado más largo del mundo.
Museveni ha aclamado en el pasado el proyecto como un gran impulso económico para el país sin salida al mar, donde muchos viven en la pobreza.
En esto radica precisamente la pregunta más relevante: ¿Qué parte del beneficio se llevarán las empresas explotadoras, qué parte se quedarán los intermediarios de los gobiernos y qué porcentaje del beneficio repercutirá para el bien común de la sociedad ugandesa-tanzana y para la protección del medio ambiente en las zonas del sondeo y del oleoducto?
Cuando vemos los desastres medioambientales de dichos proyectos petroleros en el delta del Níger, podemos dudar sobre la ejecución y los beneficios de dichos proyectos de extracción para el bienestar de la sociedad civil.
Lázaro Bustince
[CIDAF-UCM]