La ONU continuó ayudando a los necesitados de innumerables maneras y promoviendo formas más legales y seguras para que las personas emigren.
La cifra de 100 millones, que incluye a quienes huyen del conflicto, la violencia, las violaciones de los derechos humanos y la persecución, fue anunciada por la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) en mayo y descrita por Filippo Grandi, director de la agencia, como “un récord que nunca debería haber sido establecido«.
La cifra es superior a los 90 millones de 2021. Los brotes de violencia o los conflictos prolongados fueron factores migratorios clave en muchas partes del mundo, incluidas Ucrania, Etiopía, Burkina Faso, Malí, Sudán, Siria y Myanmar.
Miles de inmigrantes desesperados vieron a Europa como destino preferido, poniendo sus vidas en manos de los traficantes de personas y emprendiendo peligrosos viajes a través del Mediterráneo. Con demasiada frecuencia, estos viajes terminaron en tragedia.
Constatamos un empeoramiento de las condiciones de los migrantes en el Cuerno de África. Ya han pasado más de siete años desde que comenzó el prolongado conflicto en Yemen entre una coalición progubernamental, liderada por Arabia Saudita, y los rebeldes hutíes, junto con sus aliados. Este enfrentamiento ha precipitado una catástrofe humanitaria y ha obligado a más de 4,3 millones de personas a abandonar sus hogares. A pesar de la terrible situación en el país, Yemen sigue siendo un destino y un punto de tránsito para los migrantes que salen de los países del Cuerno de África.
A menudo se ven obligados a viajar a través de los frentes locales, con el riesgo de sufrir graves violaciones de derechos humanos, como detención, condiciones inhumanas, explotación y traslados forzados.
Los ucranianos reciben un trato preferencial en Europa. Diez meses después de la invasión rusa de Ucrania, que comenzó el 24 de febrero y parece probable que continúe durante 2023, las cifras de la agencia de refugiados de la ONU muestran que, en diciembre, se habían registrado más de 7,8 millones de refugiados ucranianos en toda Europa.
Filippo Grandi elogió a los países europeos por su voluntad de acoger a los ucranianos, la mayoría de los cuales buscaron refugio en los países vecinos, pero expresó su pesar por el país y sus ciudadanos. Hablando sobre el Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial, Grandi informó que la agencia de refugiados de la ONU había sido testigo “de la horrible realidad de que algunas personas negras y latinas que huyen de Ucrania, y otras guerras y conflictos en todo el mundo, no han recibieron el mismo trato que los refugiados ucranianos”.
González Morales, relator especial de la ONU sobre los derechos humanos de los migrantes, se hizo eco de las preocupaciones de Grandi en julio. Morales denunció que había un doble estándar en la forma en que se trata a los refugiados en Polonia y Bielorrusia, particularmente cuando se trata de personas de ascendencia africana y otras minorías raciales y étnicas.
Las personas desplazadas se ven, con frecuencia, doblemente marginadas, pues además de perder sus tierras, techo y trabajo, sufren el desprecio de su dignidad humana por el color de la piel, cultura, religión o etnia.
La tragedia de más de cien millones de personas privadas de sus tierras y casas durante 2022 y condenadas a vivir en la indigencia delata nuestra falta de humanidad y nos exige un cambio de actitud para acoger a las personas desplazadas y promover relaciones más justas entre los gobiernos.
CIDAF-UCM