Altos funcionarios de EE. UU., incluidos el secretario de Estado Antony Blinken y el jefe de defensa Lloyd Austin, se unieron a varios líderes clave de África para discutir temas de paz, seguridad y gobernabilidad en la Cumbre de Líderes de EE. UU. y África el martes 6.12.2022. La reunión de tres días de la administración Biden atrajo a líderes de 49 naciones africanas y a la Unión Africana para conversaciones de alto nivel.
Durante la discusión, el presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, habló sobre cómo el grupo terrorista al-Shabaab controlaba gran parte de las áreas rurales de Somalia. «Shabaab, o los terroristas dondequiera que estén, no pueden ser derrotados solo militarmente«, declaró.
El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, comentó que Estados Unidos está brindando apoyo bilateral a varios países africanos, incluidos Níger, Mozambique, Somalia y Chad. Pero señaló que los ejércitos africanos todavía están mal equipados. «Nadie está escuchando los gritos de África cuando se trata de la extensión de este flagelo«, declaró en nombre de la UA.
La administración de EE. UU. está recibiendo a líderes y altos funcionarios para competir con China y Rusia en el continente. El objetivo es convencer a sus invitados de que Estados Unidos ofrece una mejor opción a los socios africanos.
“Queremos asegurarnos de que estamos haciendo lo necesario para desarrollar y empoderar a sus fuerzas de seguridad y ayudarlos a trabajar en su arquitectura de seguridad en formas que los beneficiarán y que ciertamente promoverán la estabilidad regional”, señala la administración de EEUU.
El continente, cuyos líderes a menudo sienten que las principales economías les han dado poca importancia, sigue siendo crucial para las potencias mundiales debido a su población en rápido crecimiento, sus importantes recursos naturales y el considerable bloque de votantes en las Naciones Unidas.
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, declaró que la administración se comprometería a gastar 55.000 millones de dólares en África durante los próximos tres años en “una amplia gama de sectores para abordar los principales desafíos de nuestro tiempo”.
Tales acuerdos se centran ante todo en ayuda militar a los gobiernos africanos, para asegurar el acceso a la explotación de los abundantes recursos africanos, tan vitales para el desarrollo tecnológico de occidente.
Un caso concreto es el trato preferencial concedido por EE. UU. y la UE a Uganda y Ruanda, por obvias razones de interés político y económico, y esto a pesar de ser “dictaduras”.
Mientras que el partido Movimiento de Resistencia Nacional (NRM), apoya a su longevo presidente, Yoweri Museveni, para un séptimo periodo, a partir de 2026, los países aliados con Uganda apoyan más bien a su hijo Muhoozi Kainerugaba como candidato a la presidencia. De tal palo, tal estilla!
Los aliados de Muhozi han buscado presentarlo como una opción más juvenil y han pedido abiertamente una transición generacional. Por ahora, Museveni controla el ejército y todos los poderes. Pero la facción pro Muhoozi en el partido, que es el único líder que puede plantar cara a su padre y presidente, controla a buena parte del ejército, y parece contar con el apoyo de los “poderosos jefes” mundiales.
Los dictadores que quieren convertir el gobierno de su país en una “dinastía familiar”, al contar con un ejército bien controlado, solo podrán devolver el poder y la gobernanza al pueblo, a quien pertenece, si el pueblo se organiza para afrontar al dictador y recobrar la democracia y el poder de planificar la gestión de los recursos de la nación, guardando como objetivo, el desarrollo sostenible para todos y el bien común. Semejantes liberaciones de dictaduras se siguen fraguando en: Burkina Faso, Sudan, Sudáfrica, Ruanda, Uganda, Zimbabue y en otros países.
Tanto los líderes africanos, como los poderes extranjeros, no han llegado todavía a preparar acuerdos que integren una auténtica cooperación para garantizar: elecciones democráticas, una política agrícola, tecnología, infraestructuras y la elaboración de los productos locales para el beneficio sostenible de ambas partes de dichos acuerdos.
Lázaro Bustince
[CIDAF-UCM]