El Proyecto “Africa Soft Power” se centra en aprovechar las industrias creativas, culturales y del conocimiento del continente para impulsarse, mientras defiende la inclusión de las voces africanas y de la diáspora en el discurso global. En el período previo al primer evento en persona de la compañía, el fundador Nkiru Balonwu habla con “New African” sobre lo que significa el poder blando.
Nkiru Balonwu fundó “The Africa Soft Power Project” en medio de la pandemia. La idea se venía gestando desde hacía bastante tiempo. Mientras trabajaba para Spinlet, que en ese momento era la aplicación de transmisión de música local más grande de África, Bolonwu comenzó a darse cuenta del poder (blando) que las industrias creativas y culturales africanas podían generar.
Como muchas cosas en ese momento, dice, la pandemia aceleró las tendencias hacia las economías digitales y de la información. “Una vez que identificamos la oportunidad, nuestro equipo rápidamente se puso a trabajar. Organizamos una serie de eventos virtuales diseñados para mostrar la creatividad africana, unir a las personas y brindarles algo tangible para reunirse, en un momento en que todo se sentía muy desconectado. La iniciativa realmente ha seguido ganando impulso desde entonces”.
Dos años después, “The Africa Soft Power Project” está organizando su primer evento en persona después de la covid-19 en Kigali, Ruanda, que está ganando terreno como centro para la innovación y la industria creativa.
El poder blando realmente se refiere a la capacidad de un individuo, institución o nación para comprometerse, comunicarse y persuadir, y es aplicable en todos los sectores, desde el creativo y cultural hasta el digital y tecnológico, e incluso industrias más tradicionales como finanzas o energía.
Tradicionalmente, el brillante ejemplo del poder blando en acción proviene de los EE. UU., donde vemos que el sueño americano se desarrolla, al menos en teoría, a través de MTV, Silicon Valley, Hollywood e incluso Wall Street. Más recientemente, hemos llegado a ver otros países que también aprovechan un poder blando significativo, como el lanzamiento internacional del fútbol de la Premier League en el Reino Unido.
Estos productos son muy importantes porque generan crecimiento y crean narrativas modernas al mismo tiempo, lo cual es fundamental para África en este momento, en un mundo que todavía mira al continente con incomprensión e incluso escepticismo. Al aprovechar el poder supremo de las industrias creativas y culturales, podemos generar crecimiento no solo en estas áreas, sino también ayudar a transformar el sector empresarial más amplio de África. En todo el continente, debemos tener más confianza en nuestras propias capacidades y buscar un mayor apoyo para el talento local, negocios y tecnología.
Debemos recordar, según Bolonwu, que en el crecimiento, se trata tanto de inspirar a la próxima generación de artistas y empresarios, como de atraer inversiones internacionales hoy.
Creo que una de las cosas más importantes que hemos encontrado es que el apetito por el cambio definitivamente está ahí. Por lo tanto, vemos nuestro papel ahora más como una red o una plataforma de comunicaciones, reuniendo a personas de ideas afines que pueden tener objetivos similares, pero que pertenecen a diferentes sectores, y ayudando a inspirar y facilitar la colaboración.
La capacidad y medios tecnológicos de comunicación creativa y de colaboración eficaz con los demás para potenciar un desarrollo más integral y sostenible, así como para fomentar una mayor solidaridad humana, sin fronteras, están disponibles hoy en los cinco continentes, y al alcance de gran parte de la humanidad.
Lo que falta, no es la capacidad de los pueblos para ser creativos y más colaborativos, ni los medios tecnológicos necesarios en muchos casos. Lo que más necesitamos y nos falta, es la gestión responsable del poder y de los recursos, junto con las actitudes humanas adecuadas y los valores humanos como referencia.
El hecho de que hayamos provocado tres guerras mundiales en un siglo, contando la de Rusia-Ucrania como la tercera, delata que la gobernanza de nuestra humanidad se está deshumanizando.
Para afrontar este reto tan vital para toda la humanidad, no existen recetas fáciles o mágicas. Solo con un análisis profesional y consensuado, podremos identificar las raíces de esta desintegración social, y encontrar los medios más adecuados para sanar las raíces del mal social y sumar nuestra creatividad en común.
¿Cómo nacen las motivaciones profundas de nuestras decisiones y cómo elegimos los objetivos prioritarios de nuestros programas? ¿Qué criterios nos inspiran, en nuestras decisiones conjuntas? La dignidad e igualdad humana y el bien común, deberían mostrarnos siempre el camino.
* Puedes consultar: “Africa´s Soft Power”, by Oluwaseun Tella, who is the Director, The Future of Diplomacy, Institute for the Future of Knowledge, University of Johannesburg, South Africa. 2021.
[CIDA-UCM]