El presidente de Somalia, prometió el día 4 de junio que sus fuerzas lucharían hasta perder el último hombre contra los rebeldes de la línea dura de los islamistas, por sus reiteradas negativas a mantener discusiones sobre paz.
Los dos principales grupos islamistas de la línea dura de Somalia, lanzaron el mes pasado una gran ofensiva contra los puestos del gobierno, respaldado por Occidente, en Mogadiscio, en violentas batallas en las calles, que han dejado más de 200 civiles muertos.
“Estamos decididos a luchar contra nuestros rebeldes porque se han negado a aceptar nuestras constantes ofertas de paz”, declaró el presidente Sheik Sharif Ahmed, en una reunión con más de 150 islamistas moderados. “Lucharemos contra ellos hasta que muera el último de nuestros hombres”.
“Si alguno cambia de idea será bienvenido. Pero mientras sigan con esa ideología errónea, la única opción que nos queda abierta es combatirlos”, añadió.
El gobierno de Ahmed, que quiere gobernar Somalia con una versión moderada del Islam, controla sólo unos cuantos bloques de Mogadiscio y una ciudad cercana. Sus aliados controlan algunas partes del sur y el centro de Somalia.
Hundida en la anarquía
Uno de los principales grupos rebeldes, Al Shabaab, controla grandes partes del sur de Somalia y ha ordenado implantar castigos como el apedreamiento y otros tipos de castigos duros, en las zonas que controla.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos, considera a Al Shabaab una organización terrorista con relación con Al Qaeda, algo que el grupo niega.
El grupo moderado Ahlu Sunna Waljamea, que controla algunas franjas en la Somalia central, ha respaldado totalmente al gobierno, en el encuentro del día 4 de junio. “no hay necesidad de luchar contra el gobierno, porque ha adoptado la ley de la sharía. Estaremos de su lado y lo defenderemos”, señaló Sheik Sharif Moyuddin, un dirigente del grupo moderado.
Los residentes de Mogadiscio continúan huyendo de sus casas, incluso después de que los combates hayan remitido, el día 4 de junio, 91.000 personas habían huido de sus hogares, según la agencia de refugiados de la ONU.
Ahmed se convirtió en presidente en enero, tras un intrincado acuerdo de paz, mediado por la ONU.
Antes era uno de los líderes de la insurgencia, y su elección provocó divisiones entre los insurgentes.
Somalia ha estado sumida en la anarquía y el caos desde 1991, cuando los señores de la guerra derrocaron al veterano dictador, Mohamed Siad Barre.
(News24, Suráfrica, 05-06-09)