¡Qué Bolloré responda por sus actos en África!

24/05/2018 | Opinión

Si medio siglo después de las independencias el nivel de vida de la mayoría de los africanos apenas ha progresado se debe en gran parte a la captura del Estado realizada por algunos inversores de los cuales el Señor Bolloré es el arquetipo. [1]

Cierto, las inversiones extranjeras son necesarias para un buen número de economías africanas pero cuando estas se realizan al margen de la ética de los negocios y en colisión con las instituciones políticas son perjudiciales, nefastas, incluso peligrosas. En este caso no se trata tanto de las inversiones africanas de Bolloré, ni de las sospechas que pesan sobre las condiciones de su realización, sino más bien sobre la línea de defensa que ha escogido para cuidar su imagen ante la opinión pública.

En efecto, en una tribuna en la JDD del 29 de Abril de este año se presenta como víctima de la percepción torcida de un África “tierra de no gobernanza, mejor, de corrupción” y se pregunta si no habría que abandonarla.

Lejos de toda realidad, esta línea de defensa es la caricatura más emblemática del nuevo discurso sobre un África construida por la muy pequeña minoría que acapara los frutos del crecimiento. Es engañosa por identificar Togo y Guinea a toda África, grosera porque utiliza el chantaje como medio de presión y aparece como farsa porque no responde a los actos que le reprochan.

Hoy está admitido, especialmente por los organismos encargados de la financiación para el desarrollo, que el crecimiento africano no favorece a los más necesitados (3). A pesar de las inversiones de las que Bolloré se enorgullece así como los miles de puestos de trabajo que pretende haber creado, las personas más necesitadas apenas han visto los resultados. Además los puertos africanos, incluidos las decenas de ellos administrados por su grupo, son los menos competitivos del mundo (4) a causa del monopolio que ejerce. Por lo tanto no es exacto presentar esta imagen de un África que tiene éxito para tan pocas personas de las que él hace parte.

bollore.jpgHablando de un África de edificios y redes informáticas y de juventud vigorosa su argumentación oculta la particularidad de los países concernidos por la instrucción judicial de la que él es objeto. Precisamente, Togo y Guinea son dos de los países más pobres en África. En Togo, el país está administrado como un negocio familiar desde hace más de medio siglo en contra del bienestar de los togoleses encerrados en la miseria absoluta. No ha habido nunca alternancia política en el país, el hijo habiendo remplazado al padre es especialista en cortes de internet y de la represión violenta de toda oposición. ¿Cómo esperar, entonces, que en un tal Estado haya contrapoderes capaces de impedir la captura del Estado por inversores que buscan su mayor beneficio?

El caso de la Guinea es aún peor. No es necesario presentar un dibujo. Nos encontramos en presencia de actuaciones que tienen lugar en contextos institucionales muy débiles donde el apetito del inversor no tiene otro límite que los intereses del príncipe y de él solo.

Él se pregunta si no hay que “abandonar África” como si en 2018 fuese aún creíble utilizar la retirada de inversiones como medio de presión. Los grandes países emergentes como China, India y Brasil están al acecho. Las inversiones en África son, cada vez más, realizadas por los mismos africanos como lo muestra el reciente informe del Boston Consulting Group. Por consiguiente, continuar utilizando medios de presión de la época de las independencias, ahora que los tiempos han cambiado, releva de la miopía o del engaño ante personas que ignoran el contexto económico de África.

En todo caso, más allá de los hechos que se le reprochan, es, sobre todo, el silencio ensordecedor de los jefes de los Estados concernidos lo que intriga. ¿No hay una manera legal para abrir una investigación judicial automática en Togo y en Guinea? ¿No está ahí la prueba de la fragilidad de las instituciones de ciertos países africanos?

De todas formas, África debería alegrarse de que inversores que utilizan como método la captura del Estado la abandonen. Es a este precio que las inversiones beneficiaran a las personas de menos recursos creando así un círculo virtuoso de un crecimiento inclusivo y sostenible. Se trata también de sanear las relaciones franco-africanas, ya que vigilando, la justicia francesa defiende la república y envía una señal fuerte a los inversores que se aprovechan de la debilidad de algunas instituciones africanas para expoliar las economías dejando detrás a los pobres diablos de los que algunos se ahogan en el mediterráneo y otros sufren el calvario en las calles de Francia. Que Bolloré responda de sus actos en África.


Notas:

[1] El documental «Investigación suplementaria» de France 2 es a este respecto muy ilustrativo.

[2] Esto ahora es responsabilidad de la justicia francesa. Vea el multimedia de la revista Le Monde para más detalles.

[3] Leer la edición 2018 de perspectivas económicas en África

[4] Ver las estadísticas ofrecidas por la UNECA sobre datos del Banco Mundial

Georges Vivien Houngbonon

Fuente: L’Afrique des Idées

Complément d’enquête : Vincent Bolloré, un ami qui vous veut du bien?

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]


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Autores

  • Georges Vivien Houngbonon

    De origen beninés, está interesado en economía, matemáticas y filosofía. Es Ingeniero Estadístico, Máster en políticas públicas y desarrollo y doctor en economía industrial de la Escuela de Economía de París

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