A Pearl Thompson, una mujer de 93 años, le ha sido concedida la tarjeta de lector de la biblioteca de Raleigh, en Carolina del Norte, después de haberla solicitado hace 73 años y de haberle sido denegada por ser negra.

Estudiante en la Universidad de Shaw en 1942, no pudo sacar un libro de la librería pública de Raleigh porque era negra y en aquella época a los negros no se les permitía tener tarjeta de lector de biblioteca.

Pearl, como muchos otros negros, tenía que leer los libros en el sótano, daba igual que lo necesitasen para un proyecto de clase, como fue el caso de Pearl, que necesitaba leerse el libro para su clase de historia.

Después de 73 años le han otorgado a Thompson su tarjeta de lector seguida de una ceremonia en su honor: «Ya sabía que me iba a costar haceros entrar en razón, pero el camino ha sido largo de todas maneras».

La vida de Thompson no fue fácil debido al racismo que los negros experimentaban en América. A pesar de esto, Pearl mostró una gran fuerza de voluntad y tras la muerte de su padre enseñó en las escuelas de Raleigh de negros segregados durante 12 años. Su objetivo siempre fue donar a los negros oportunidades para leer y no dudaba en pedir ayuda cuando lo necesitaba. Más tarde, se dedicó a enseñar en colegios afroamericanos para ayudar a los estudiantes y «exponerlos a todo lo que conocía».

Se ha tardado 73 años para hacer justicia contra la discriminación social que Thompson recibió, ya que una de las cosas que quería hacer antes de morirse era conseguir esta tarjeta de lector. Pese a que esta injusta realidad formase parte de la vida de Pearl durante muchos años, aseguró durante la ceremonia que no guardaba ningún sentimiento de odio en su corazón «ya que ese tipo de sentimientos no te llevan a ningún sitio».

Claudia Velilla Zuloaga

[Fundación Sur]