En África es imposible llegar tarde, por José Julio Martín- Sacristán

9/03/2012 | Bitácora africana

Todos estamos convencidos de que nuestra manera de gestionar el tiempo es la mejor y, por lo tanto, la única que merece ser considerada. Naturalmente, cada ser humano organiza y dispone del tiempo de diferentes formas, lo que desemboca en ch­oques:

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Frente a los puntuales, se sitúan los que suelen llegar tarde.
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Existe un grupo que prefiere finalizar sus deberes lo antes posible. En el extremo opuesto se sitúan quienes los terminan en el último minuto.
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Algunos prefieren cerrar los acuerdos lo antes posible. Chocan con los que eluden la decisión hasta que sea estrictamente necesaria.
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Frente a los que muestran un progreso constante, se sitúan los que avanzan a explosiones.
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Algunos necesitan planificar, otros son de composiciones abiertas…

El sistema MBTI® (Myers-Briggs Type Indicator®), un indicador de personalidad basado en las teorías Jungianas al que se recurre en el campo de la capacitación de personal, revela la existencia de hasta 16 tipologías en el apartado de la gestión humana del tiempo. La presentación y desarrollo de las mismas se realiza con el objetivo de enseñar a convivir y trabajar con los otros apreciando la existencia de esas diferencias para utilizarlas como una ventaja.

No obstante, se cometerá un tremendo error si no se tiene en cuenta la imprevisibilidad: somos animales de hábito, pero no robots programados. Y en esta misma línea, claro, operan las culturas: ¡son previsibles, pero impredecibles! Por eso, hay modos culturales de gestionar el tiempo, pero no todos los que comparten una cultura cumplen todas sus reglas: sí, hay suizos impuntuales. Por lo tanto, no considerar la excepción supone caer en el estereotipo e incluso prejuicio.

En el terreno de la gestión del tiempo se suele recitar una frase hecha: cuanto más cerca se está del ecuador, menos se mira el reloj. Y es precisamente la cuestión de la puntualidad uno de los puntos más conflictivos entre europeos y africanos. Los primeros presumen de llegar a las reuniones 5 minutos antes (aunque, la verdad, yo conozco a muchos europeos que no han sido puntuales en su vida) y los segundos cargan con la fama de presentarse tarde.

La cuestión de la puntualidad y exactitud africanas tiene su miga. Para relacionarse con ellos sin padecer hipertensión o sufrir arrebatos de cólera, es necesario llegar al meollo del asunto. Algunas de las explicaciones que se otorgan a su impuntualidad son:

1. La dificultad logística que supone trasladarse en coche en algunas ciudades africanas debido a los constantes y monumentales atascos. Seamos sinceros: el tráfico puede influir sólo de manera ocasional.

2. Es parte de una estrategia diseñada para ganar poder negociador. Se trataría de un plan arriesgado si no se conoce lo suficientemente bien al interlocutor, y demanda mucha sabiduría psicológica.

3. Se trata de una forma de venganza contra los blancos. Así, por ejemplo, en Nigeria se espera que el europeo sea puntual aunque el nigeriano no lo sea. Mientras la tardanza del nigeriano es aceptable, y muchas veces esperada, el retardo del europeo se considera una ofensa seria.

4. Otros directamente recomiendan: “Nunca llegue temprano a una reunión. Se considera ser intrusivo.” No obstante, es un error aplicar lo que podría ser válido en un contexto social al terreno de los negocios.

Estas explicaciones no llegan al corazón de la cuestión, que es profundamente cultural. Casi todas las culturas africanas son comunales. Es famoso el dicho de la filosofía bantú “soy porque somos” y expresa muy bien su visión de la persona y del grupo. Pues bien, el tiempo también tiene un aspecto comunal: cuando uno está solo es como si no existiera el tiempo. O para decirlo de otra manera, el tiempo comienza en un evento que involucra a más de una persona.

Cuando se acude a una reunión, existen dos tiempos a tener en cuenta: el de los encuentros y el de los asuntos, que no da comienzo hasta que llegan todos. Por lo tanto, los africanos consideran que es imposible llegar tarde, siempre y cuando la reunión tenga lugar. Para ellos, la interacción entre las personas es más importante que el concepto abstracto de tiempo.

En África se respira un espíritu de agradecimiento por la presencia de la persona que ha llegado. Las inferencias a la pereza o a la falta de disciplina son racionalizaciones erróneas para un problema de malentendido cultural.

Original en : Äfrica Factor Humano

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