Debemos construir juntos nuestra comunidad global en la justicia y la bondad: para vivir, cuidarnos mutuamente y celebrar juntos la vida en el espíritu ubuntu, junto con todos los pueblos de la historia, alrededor de la mesa de la familia humana.
Elementos necesarios y universales para la construcción del Reino de Vida, Convivencia y Cuidado mutuo, que es nuestro Sueño Vital.
- Construyendo juntos para el bien común: El respeto mutuo y la acogida de la diversidad personal y social, incluyendo a los inmigrantes, constituyen la base para un compromiso común para trabajar unidos por el respeto de la dignidad humana y por buscar ante todo el bien común, por encima del bien particular.
- Nuestro poblado cósmico o casa común: La conciencia de caminar juntos con todos los pueblos, nos lleva a trabajar por la casa común considerando y cuidando todo como nuestro poblado cósmico. Los pueblos indígenas nos muestran cómo vivir y cuidar los bosques, ríos, montes, porque son un tesoro para todos. Nosotros tendemos a explotarlos, ellos los respetan y veneran.
- Desarrollo sostenible, en justicia y en bondad: Nuestra definición de “progreso” es ante todo material y tecnológica, que busca cantidad y control de recursos, olvidando dimensiones vitales de la vida y convivencia humanas. Este proceso de deshumanización y de “cosificación” nos priva de los valores humanos como la justicia y la solidaridad, que apenas parecen preocupar a los gobernantes de las naciones, a pesar de ser esenciales en toda relación humana y convivencia social.
- Vivir, cuidarnos mutuamente y celebrar la convivencia en la diversidad, en el espíritu Ubuntu y de familia, son elementos fundamentales en todo desarrollo auténtico y sostenible, en cualquier sociedad humana. La crispación y la violencia en nuestras calles, asambleas y parlamentos, delatan claramente que no hemos aprendido a cuidarnos mutuamente, respetando la dignidad humana de los demás.
- No debería preocuparnos sino alegrarnos la inmensa riqueza de razas, países, religiones y culturas, porque en el fondo, somos todos una gran Familia Humana, junto con todos los Pueblos de la Historia.
Necesitamos abrir nuestras puertas y ventanas para acoger a las personas que necesitan: techo, tierra y trabajo. Primero Justicia, no limosnas, y siempre solidaridad.
Lázaro Bustince
CIDAF-UCM


