La crisis de servicio de deuda pública de Zimbabue deja a innumerables madres en duelo

18/09/2025 | Crónicas y reportajes

 

La crisis de servicio de deuda pública de Zimbabue ha tenido consecuencias de gran alcance para el sistema sanitario del país. Con una  significativa parte del presupuesto nacional dedicada al pago de la deuda, el sector sanitario se ha visto desfinanciado y con escasez de personal. Esto ha provocado una escasez de equipos, medicamentos y personal sanitario esenciales, lo que en última instancia afecta la calidad de la atención brindada a los pacientes. La historia de Memory Ncube, una madre zimbabuense, y su bebé, Tendai, es una trágica ilustración del coste humano de esta crisis.

En los momentos de tranquilidad, la mente de Memory regresa al día en que su mundo se hizo añicos. Su bebé prematuro, Tendai, luchaba por su vida, sufriendo el síndrome de dificultad respiratoria (SDR). En un intento por salvar la nueva vida, Memory fue trasladada del hospital rural del distrito de Zvishavane al Hospital Central Mpilo en Bulawayo, la segunda ciudad más grande de Zimbabue. Esto no se debió a la incompetencia de los médicos de Zvishavane, sino a la falta del equipo necesario, incluyendo una máquina de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP).

Llena de esperanza de que su hija sobreviviera, Memory viajó 185 kilómetros hasta el Hospital Central Mpilo, uno de los hospitales de referencia para pacientes de la región sur de Zimbabue. Recientemente, el hospital recibió una importante ayuda gracias a una donación de la Fundación Higherlife, que proporcionó equipo esencial, incluyendo máquinas de CPAP, succionadores, monitores, ictericómetros y fototerapia. Antes de esta donación, el hospital había estado lidiando con la escasez de equipo, resultando a menudo en muertes prematuras de pacientes.

Sin embargo, trágicamente para esta familia, cuando ella llegó al hospital, ya era demasiado tarde y su hija había fallecido. Recordó con lágrimas en los ojos la muerte de su bebé:

Se me parte el corazón al pensar en lo que le pasó a mi hija. Si tan solo hubiera habido equipo en el hospital, no habría viajado hasta aquí con un bebé en estado crítico. Ojalá el gobierno supiera el devastador impacto de no prestar suficiente servicio a los hospitales públicos.

Un sistema en crisis

El servicio de deuda pública de Zimbabue se ha convertido en una asfixiante carga, estrujando la vida fuera del sistema de salud. Con una deuda pública total de aproximadamente 21.530 millones de dólares estadounidenses, gran parte de la cual es debida al Banco Mundial, China, Francia y otros acreedores internacionales, las obligaciones del pago de la deuda del gobierno consumen una parte significativa  del presupuesto nacional. En el presupuesto de 2025, el Ministerio de Salud y Cuidado Infantil recibió 27.800 millones de dolares zimbabuenses (aproximadamente 1.039 millones de dólares estadounidenses), tan solo el 7,1 % del gasto público, cifra inferior al objetivo de asignación del 15 % de la Declaración de Abuja.

La Declaración de Abuja es un compromiso asumido por los Estados miembros de la Unión Africana, incluido Zimbabue, en 2001 para asignar al menos el 15 % de sus presupuestos nacionales a la mejora del sistema de salud.

El ministro de Finanzas, Mthuli Ncube, defendió la medida, afirmando: Necesitamos atravesar cierto período de austeridad, pero esto nos lleva hacia prosperidad.

Sin embargo, para Memory y para otras innumerables madres, la prometida prosperidad parece un lejano sueño. El bebé de Memory es solo uno de los muchos recién nacidos en Zimbabue que mueren antes de cumplir un mes. La tasa de mortalidad neonatal en Zimbabue se sitúa en 37 muertes por cada 1000 nacidos vivos, una estadística desalentadora que refleja el coste humano de financiación inadecuada de la atención sanitaria.

Un llamamiento al cambio

El director ejecutivo del Grupo de Trabajo Comunitario sobre Salud de Zimbabue, Itai Rusike, coincidió en que el sector sanitario sigue en dificultades debido al servicio de deuda pública. Explicó:

La escasez de personal sanitario, la infraestructura inadecuada, la alta carga de morbilidad y los costosos servicios especializados siguen afectando la prestación de servicios. Estos problemas sistémicos se ven agravados por el bajo gasto público en salud y la debilidad de los mecanismos de protección financiera. Desafortunadamente, son los pobres quienes más sufren.

Hizo hincapié en la necesidad de una mayor inversión para construir un sistema de salud sólido y accesible, especialmente en las zonas rurales. Señaló:

Lograr la cobertura sanitaria universal requiere una sólida financiación pública y el compromiso de considerar la atención médica un derecho fundamental.

Para combatir la injusticia económica y las notorias medidas de austeridad, organizaciones como el Proyecto de Justicia Económica para Mujeres están educando a las mujeres sobre finanzas públicas. El proyecto busca empoderar a las mujeres con conocimientos sobre la deuda pública y su impacto en la prestación de servicios, permitiéndoles abogar por cambio. La directora, Margaret Mutsamvi, afirmó:

Los temas relacionados con la deuda pública parecen complejos y elitistas, pero ahora estamos contactando a las comunidades para educarlas. Nos tomamos el tiempo para explicarles la relación entre el servicio de la deuda pública y la prestación de servicios. Esto puede ayudarlas a desafiar el statu quo desde una perspectiva informada.

Mutsamvi reiteró que cuando un gobierno introduce medidas de austeridad para financiar el servicio de la deuda pública, quienes sufren son los ciudadanos comunes.

Actualmente, nuestro sistema de salud está en ruinas porque se destina una gran cantidad de dinero a la liquidación de la deuda externa e interna. La gente común sufre; por eso tenemos una alta tasa de mortalidad neonatal en Zimbabue. Las mujeres son las más afectadas, ya que son las  que llevan la carga de las medidas de austeridad.

Añadió:

Cuando el gobierno prioriza el servicio de la deuda pública, afecta a los hospitales públicos. Por eso aumenta la privatización de centros de salud y la proliferación de hospitales, clínicas y farmacias privadas. En ocasiones, hemos visto casos en los que no hay analgésicos en los hospitales, y la situación es aún peor en las zonas rurales. Cuando el gobierno no financia, es la mujer quien paga.

Continuó:

Las mujeres soportan el dolor de perder un hijo, cuidando a los enfermos en casa y aguantando todo el estrés emocional. Esto es trabajo de cuidados no remunerado.

La historia de Memory y su bebé, Tendai, es un desgarrador recordatorio del coste humano de la crisis de deuda de Zimbabue. Es un llamado a la acción para que los responsables políticos prioricen la salud y el bienestar de los ciudadanos más vulnerables del país.

Kudzai Tamary Chikiwa

Fuente: Global Voices

[Traducción, Jesúa Esteibarlanda]

[CIDAF-UCM]

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