Tras anunciar la toma del control federal de las fuerzas del orden en D.C. en la sala de prensa de la Casa Blanca, el presidente Trump pintó un sombrío panorama de la capital —incluyendo”errantes turbas de jóvenes salvajes”— que contrasta con las cifras de delincuencia que muestran que D.C. alcanzó el pasado enero su nivel más bajo de delitos violentos en 30 años. Khalil Gibran Muhammad, profesor de Estudios Afroamericanos y Asuntos Públicos en la Universidad de Princeton, afirma que la medida es una extensión del “uso de Trump de retórica racista, ideas racistas y el uso de vigilancia policial para implementar una agenda de política nacional”.
“Este es un hombre que constantemente ha convertido a las personas negras y de color moreno en chivos expiatorios para ganar fama o rédito político. Y ahora, como presidente por segunda vez, está implementando una agenda autoritaria”, afirma Muhammad.
Juan González: Me gustaría dar la palabra a Khalil Gibran Muhammad, profesor de Estudios Afroamericanos y Asuntos Públicos de la Universidad de Princeton. Profesor, ¿cuál es su reacción ante esta última decisión del presidente Trump? Y también, ¿podría explicarnos por qué el Distrito de Columbia se encuentra en este estatus especial, esencialmente un territorio dentro de Estados Unidos y por qué la estadidad de D.C. ha estado estancada durante tanto tiempo?
Khalil Gibran Muhammad: Buenos días a todos.
Bueno, creo que estamos observando un patrón consistente por parte de Donald Trump. Podemos empezar con los llamados a la reinstauración de la pena de muerte en 1989 en referencia a la violación de una mujer blanca en Central Park, que finalmente condujo a la condena de cinco jóvenes negros inocentes. Donald Trump nunca se ha disculpado por ese caso publicando un anuncio a página completa en The New York Times. Así que, si comenzamos con el hombre que hemos conocido como alguien público durante casi siete décadas, este es un hombre que ha convertido constantemente a las personas negras y morenas en chivos expiatorios para ganar fama o capital político. Y ahora, como presidente por segunda vez, está implementando una agenda autoritaria, en cuyo caso la militarización de reforzar orden y el despliegue de recursos policiales para coaccionar o controlar a poblaciones convertidas en chivos expiatorios, como vimos recientemente en Los Ángeles, es consistente.
Y esto es, en particular, una escalada, porque si bien tanteó las aguas al desplegar a los Marines y 4.000 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles, ahora vemos la toma de control, como ya lo describió Mónica, de un departamento local de policía. Y aunque tiene, como ya hemos comentado, ese derecho a hacerlo, al menos por un tiempo limitado, no está claro que vaya a detenerse. Pide lo mismo en Nueva York. Pide lo mismo en Chicago.
Y solo quiero recordar a todos que la administración Trump, elegida en 2016, llegó al poder conducido sobre una mentira sobre una masacre estadounidense en ciudades estadounidenses. Este fue también un período de drástica disminución de tasas de delincuencia, especialmente en las ciudades estadounidenses. Por lo tanto, no hay aquí nada fáctico en cuanto al pretexto para las llamadas. Lo que sí es consistente es el uso de una retórica racista, ideas racistas y el uso de la policía por parte de Donald Trump para implementar una agenda de política nacional.
Amy Goodman: Khalil Gibran Muhammad, ¿podría hablar también sobre el hecho de que el Departamento de Justicia recientemente levantó los decretos de consentimiento sobre departamentos de policía con antecedentes de brutalidad? Bueno, por un lado, tenéis eso. Por otro lado, es evidente, está nombrando, desde Oakland hasta Baltimore, desde Los Ángeles hasta Chicago y Nueva York, comunidades históricamente con grandes comunidades negras y de color.
Khalil Gibran Muhammad: Así es. Miren, hemos superado con creces cualquier idea de que estas sean preocupaciones legítimas. Usted ya ha señalado que los 1600 insurreccionistas, muchos de los cuales presentan una amenaza absoluta y directa al para la aplicación de la ley—140 heridos, como mencionó—, significa que no hay terreno neutral sobre el que podamos tener una discusión factual, y entonces podríamos dar lugar a diferentes interpretaciones, pero ni siquiera estamos tratando aquí con hechos.
Y es sumamente importante que señalar la eliminación de decretos de consentimiento, particularmente desde Minneapolis, donde el antiguo Departamento de Justicia, bajo la administración Biden, y Merrick Garland, en particular, identificaron un patrón y una práctica de discriminación a gran escala, en este caso, una vigilancia policial inconstitucional.
A Donald Trump no le importa ninguna regla de derecho. Lo que le importa es aumentar el poder del poder ejecutivo contra los nombrados y así llamados enemigos. Y mientras pueda salirse con la suya, sin supervisión del Congreso y alegando un mandato popular, lo cual, por supuesto, no es del todo cierto desde el punto de elección, pero aun así, está utilizando el pretexto de opinión pública que lo eligió para salirse con la suya. Y esto es un deslizamiento hacia un fascismo. Todo esto es un libro de texto en todo el mundo. Y deberíamos estar profundamente preocupados por el futuro de todos nosotros con respecto a la capacidad de este presidente en particular para usar y amenazar con la violencia coercitiva de Estado a sus así llamados enemigos.
Juan González: Quería preguntarle también sobre la inclusión de las personas sin hogar en la última conferencia de prensa que tuvo el presidente. El domingo, de camino de la Casa Blanca a su campo de golf en Virginia, escribió en Truth Social: que las personas sin hogar deben salir de inmediato y que os proporcionaremos alojamiento, pero lejos de la capital».
Khalil Gibran Muhammad: Bueno, de nuevo, creo que una perspectiva global es aquí muy útil. Hemos visto a este mismo presidente amenazar con convertir Gaza en la Riviera de Oriente Medio. Se trata de una población masiva sufriendo limpieza étnica y genocidio. La definición de sin hogar o sin casa ni siquiera se aplica a la escala de una crisis humanitaria.
Así que, en Estados Unidos, las mismas políticas están prácticamente listas para esta persona, para este presidente, lo que significa la criminalización de personas que son víctimas de una sociedad desigual, de la criminalización de la pobreza por parte de funcionarios, a menudo locales, que no han encontrado los recursos para cubrir las necesidades de salud y vivienda de las poblaciones sin hogar. Entonces, amenazar con convertir a esas poblaciones en criminales —es decir, tratarlas como si su pobreza fuera un delito— es consistente, de nuevo, con las políticas de esta administración en lo que respecta a personas, tanto en Estados Unidos como en Gaza y en otras partes del mundo.
Amy Goodman: De hecho, ¿qué porcentaje —no sé si lo sabe— de las personas sin hogar son veteranos?
Khalil Gibran Muhammad: No lo sé en Washington D. C., pero Mónica podría saberlo. Es significativo. Pero sí, lo sabemos. Quiero decir, sería ridículo si no fuera tan peligroso y absurdo. Pero, de nuevo, este es un presidente, debemos recordarlo, que se presentó burlándose de los veteranos de este país, que se vanagloria siendo el comandante en jefe más duro, pero que constantemente falta al respeto a quienes han servido en este país, y en este caso, como usted mencionó, Amy, quienes, de hecho, podrían estar experimentando la falta de vivienda de forma desproporcionada en este país.
Amy Goodman: Khalil Gibran Muhammad, muchas gracias por estar con nosotros. Profesor de Estudios Afroamericanos y Asuntos Públicos en Princeton, autor del libro «La Condena de la Negritud: Raza, Crimen y la Creación de la América Urbana Moderna», hablándonos desde la históricamente comunidad negra de Oak Bluffs en Martha’s Vineyard.
Fuente: Democracy Now!
[Traducción, Jesús Esteibarlanda]
[CIDAF-UCM]


