Dos días ha sido el tiempo que el gobierno de Ruanda ha dado al personal diplomático belga para abandonar el país. Esta acción es una represalia frente a lo que Paul Kagame entiende como una injerencia de países extranjeros y su ministro de Asuntos Exteriores ha denunciado como una voluntad de debilitar “sistemáticamente a Ruanda”.
Debido al papel activo de apoyo y colaboración de Ruanda en favor del M23 en el conflicto armado que está teniendo lugar en el este de la República Democrática del Congo (RDC), así como en el saqueo sistemático de sus recursos congoleños, todo ello reconocido y documentado internacionalmente, Bélgica había congelado las ayudas a Ruanda, así como suspendido los acuerdos comerciales.
Bélgica ha movido ficha tras Ruanda, en términos diplomáticos, y devuelto la jugada, señalando que “lamentan” la decisión del gobierno de Kagame.
Fuente: Agencia Ecofin
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