Después de enfrentarse a una «obstinada resistencia» por parte de los principales actores políticos de Libia, Abdoulaye Bathily, el enviado especial de la ONU para Libia renunció al cargo. Bathily, diplomático senegalés, fue designado para el cargo en septiembre de 2022 y, después de 18 meses en el cargo, declaró que había realizado sin éxito todos los esfuerzos posibles para lograr que los cinco actores políticos clave en el país resolvieran las cuestiones más controvertidas, como las leyes electorales, la formación de un gobierno unificado y el camino del país hacia unas elecciones, que llevan mucho tiempo siendo postergadas. Todavía no se ha establecido oficialmente la fecha en que abandonará definitivamente el cargo, aunque los analistas coinciden en que su reemplazo tendrá el difícil papel de alterar el «peligroso» statu quo para lograr un cambio.
En la historia de la Misión de Apoyo de la ONU en Libia (UNSMIL), lanzada en 2011 para ayudar a facilitar una transición política que concluyera elecciones nacionales tras el derrocamiento del dictador Muammar Ghaddafi, la renuncia de Bathily es una repetición de lo que sucedió en 2020 y 2021. En 2020, Ghassan Salame dimitió, comunicando que sus esfuerzos durante sus dos años como enviado especial para crear una cohesión social en el país derivaron en problemas de salud, lo cual le impedía continuar su trabajo. A Salame le sucedió Jan Kubis, que dimitió en noviembre de 2021, alegando también motivos de salud. Bathily informó que había presentado su renuncia al secretario generalde Naciones Unidas, Antonio Guterres, sosteniendo que sus esfuerzos de mediación se habían topado con resistencia, expectativas irrazonables e indiferencia hacia los intereses públicos. Los expertos sugieren que la falta de interés y cooperación se debe, en gran parte, a que el panorama político y económico del país da a los actores actuales muy pocos incentivos para llegar a acuerdos. En otras palabras, una solución política democrática no se considera rentable.
Al declarar frente al Consejo de Seguridad de la ONU la semana pasada, Bathily expresó su profunda preocupación por «el aumento de los secuestros, desapariciones y arrestos arbitrarios en Libia«. Días después, la UNSMIL instó a las autoridades del este del país a investigar la muerte de Siraj Dughman, un activista. Según informó la misión onusina a través de las redes sociales, Dughman murió mientras estaba detenido en el campamento militar de Rajma, a unos 27 kilómetros al este de Bengasi. La UNSMIL declaró estar «profundamente entristecida» y solicitó a las autoridades que llevasen a cabo una investigación transparente e independiente sobre su muerte. Las fuerzas de seguridad comunicaron que el activista había sido detenido de conformidad con la ley y los derechos humanos». Sin embargo, la UNSMIL informó que Dughman y otros cuatro detenidos fueron arrestados arbitrariamente en 2023, ya que nunca fueron acusados formalmente ni comparecieron ante el tribunal. La misión ha pedido la liberación inmediata e incondicional de todas las personas detenidas arbitrariamente.
Autora: Jennifer Holleis
[Traducción y edición, Micaela Llona Bavestrello]
[CIDAF-UCM]
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