Ziscosteel, otro fracaso y negligencia del legado de Mugabe

8/11/2017 | Noticias

mugabe-14.jpg No hay duda de que los 37 años de mandato del presidente Robert Mugabe en Zimbabue han supuesto un desastre para la economía. Todos los sectores de la economía del país se han visto afectados directa o indirectamente, pero tal vez la manifestación más grande del fracaso sea Kwekwe, una ciudad de la provincia de Midlands, que en 1980 fue promocionada como la ciudad industrial más prometedora del país.

Ese mismo año, Julius Nyerere, homólogo tanzano de Mugabe, advirtió al recién llegado Primer Ministro que acababa de heredar la joya de África y que «¡debía mantenerla así!».

Durante esta época, Ziscosteel era un gigante del procesamiento de acero, ubicado estratégicamente en Redcliff, una ciudad rica en hierro a tan solo 10 km de Kwekwe. Zicosteel producía 30 toneladas de acero al día y empleaba de forma directa a más de 5.000 personas, además de crear otros 50.000 puestos de trabajo en industrias transformadoras y de apoyo.

En 1984, esta planta era la mayor fuente de divisas del país, pero dos años después, los signos de la mala administración ya empezaban a salir a la luz. Una investigación sobre las operaciones de Ziscosteel que se llevó a cabo entre 1980, año en el que Mugabe subió al poder, y 1986 reveló que los principales problemas de la compañía eran la mala gestión, la corrupción, el nepotismo y la falta de renovación y mantenimiento adecuado del equipo.

Casi cuatro décadas más tarde y después de numerosas dificultades económicas resultantes de las políticas ineptas de Mugabe, el enorme complejo industrial de Ziscosteel yace muerto, olvidado y podrido como una monstruosidad gigante. Sus chimeneas sobresalen, haciéndose visibles a kilómetros de distancia, pero hace tiempo que están frías y oxidadas, sin que nada salga de ellas, lo que las convierte en un símbolo del fracaso económico sinónimo del régimen de Mugabe.

El impacto que tuvo el cierre de Ziscosteel no se puede explicar con profundidad en ninguna noticia, pero quizás la magnitud de la superficie sobre la que se asienta pueda ser una muestra de las consecuencias de su operatividad o su fracaso para la comunidad. Se trata de una planta que parece una pequeña ciudad en sí misma y está rodeada de asentamientos que dependen de ella. Sin incluir la mina de Buchwa, de donde se obtenía el hierro, que cubre aproximadamente dos millones de metros cuadrados, esto es casi el mismo tamaño que la superficie del centro de la ciudad de Harare, desde Rotten Row Avenue hasta Fourth Street y desde Kenneth Kaunda hasta Hebert Chitepo Avenues, según lo medido en Google Maps.

Esta área, que se ha reducido a kilómetros de estructuras de acero oxidadas y maquinaria abandonada, cubierta de hierbas, árboles y arbustos en crecimiento, era el lugar de trabajo de más de 5.000 personas. Con el paso del tiempo, la planta se ha convertido en el hogar de las ardillas, los monos y los mandriles, y podría ser un escenario ideal para grabar una película de terror.

La cinta transportadora de 16 kilómetros que atraviesa la fábrica y que una vez fue la más larga de África es hoy tan solo visible entre los árboles. Este es uno símbolo de la mala gestión de la fábrica en el momento de su cierre.

Tapiwa Zivira

Fuente: The Standard

[Traducción, Elvira Vara]

[Fundación Sur]


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