Zapatero compartirá con el criminal Kagame un honorífico cargo de la ONU

29/06/2010 | Opinión

“El mayor criminal en activo” es propuesto por la ONU como modelo de lucha contra el hambre y la discriminación

El pasado 7 de junio, la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, explicaba con satisfacción en el Senado que, en claro reconocimiento del compromiso español en favor de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el secretario general de la ONU Ban Ki-moon acaba de elegir a José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del grupo internacional que impulsará el efectivo cumplimiento de éstos. Lo hará en representación de los países desarrollados y compartirá el honor de dicha presidencia con el representante de los países en vía de desarrollo. Se trata de los ocho objetivos que, por fin, los 192 países miembros de las Naciones Unidas se propusieron para 2015, objetivos anhelados por millones de seres humanos: la erradicación de la pobreza y el hambre, la enseñanza primaria universal, la igualdad entre los géneros, la reducción de la mortalidad infantil o la sostenibilidad medioambiental. Pero tan honrosa elección es un regalo envenenado. Zapatero debe compartir esa presidencia con un verdadero monstruo: Paul Kagame, presidente de Ruanda.

Es aquel que a partir de octubre de 1990, para provocar el terror en la gran masa hutu y el despoblamiento de una gran parte de Ruanda a fin de alcanzar más fácilmente el poder, hizo que cientos de campesinos hutus fueran abiertos en canal y atados con sus mismas tripas. Es aquel que dio la orden de asesinar a nueve ciudadanos españoles, testigos molestos de sus fechorías. Es aquel que dio la orden de asesinar a tres obispos y decenas de personas que los acompañaban, diciendo a sus subalternos desconcertados, que dudaban de haber entendido bien sus órdenes: “Ya os dicho que limpiéis esa basura”. Es aquel que ametralló personalmente entre risotadas a decenas de civiles en un mercado. Es aquel que en un exaltado discurso se lamentaba recientemente de haber asesinado sólo a unos cientos de miles de refugiados hutus en el Congo y no a todos ellos. Es, en definitiva, como dice Filipe Reynjens junto a otros muchos expertos que lo conocen bien, “el mayor criminal en activo” de nuestro mundo. Cualquiera puede encontrar muchas más cosas semejantes en el Auto emitido por el Juez Fernando Andreu Meralles el 5 de febrero de 2008, en el que se responsabiliza a Kagame de los más graves crímenes posibles y se dicta orden de arresto contra cuarenta de sus más importantes colaboradores.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio quedan así tan degradados que sólo aparecen ya como una mascarada, como un filantrópico lavado de imagen del enorme pillaje que una poderosa élite de nuestro mundo globalizado, utilizando a monstruos como Kagame, está llevando a cabo en países como el Congo. No conozco una metáfora tan reveladora del lamentable estado actual de nuestro mundo y del impensable grado de corrupción al que ha llegado la ONU. ¿Es eso lo que usted acepta personificar junto a él, señor Zapatero? ¿Quiénes son capaces de marcar semejante agenda criminal a la ONU y corromper de tal manera todos los más hondos anhelos de la humanidad? ¿Cómo hemos podido llegar a tanta perversión y locura colectivas, llegar a aceptar como modelo de referencia de los Objetivos del Milenio a alguien que ha arrasado Ruanda y el Congo y provocado millones de muertes? ¿Qué importantes intereses tienen esas élites en el Congo y en toda el África Central para actuar abiertamente con un cinismo tan increíble? Se entiende ahora perfectamente que Ban Ki-moon no haya respondido al juez Fernando Andreu Meralles, quien en un nuevo Auto de inicios de 2009 le demandaba las pruebas del pillaje del Congo ejecutado por Kagame. Se entiende también que el grupo de expertos de la ONU, en el informe de noviembre de 2009, nos acusara a nosotros, la pequeña organización promotora de dicha querella, de ser el más importante financiador del enorme conflicto del Congo.

Señor Zapatero, esta denuncia no es contra usted, sino a favor suyo. Es la denuncia de personas profundamente defraudadas por su comportamiento ante el mayor conflicto actual, pero que sin embargo, en su momento le votaron y aún ahora no desean verle caer tan abajo. No ceda una vez más, presidente. Esta vez no, por favor. Sería demasiado denigrante. Tenga cuidado con quienes desde fuera o incluso desde dentro de su mismo círculo de confianza, le llevan a situaciones tan bochornosas. No nos insulte a tantos españoles que sabemos el significado de lo que usted va a hacer. Ahora ya no podrá decir que no lo sabía. ¿O acaso está pagando algún “favor” a aquellos que mueven los hilos de nuestro mundo? Señor Zapatero, no comparta la presidencia de los Objetivos del Milenio con Kagame, no pase a la historia como el cómplice de semejante monstruo y de sus poderosísimos padrinos en su operación de expolio y engaño globales. Van a quedar pronto en evidencia.

Joan Carrero, president de Fundació S´Olivar

Bernat Vicens, president de Drets Humans de Mallorca

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