La insistencia del gobierno zambiano de que la situación médica del Presidente Levy Mwanawasa es estable tras su ataque en junio, recuerda a un hecho similar del gobierno sudafricano en febrero de 1989, en el que se decía que el presidente Botha estaba estable tras un ataque sufrido unos días antes.
«Por primera vez en su carrera», remarcaba el viejo sub-editor cínicamente.
Los consuelos por parte del gobierno han sido recibidos con el mismo cinismo por la población zambiana, aunque por diferentes razones.
Están convencidos de que Mwanawasa está permanentemente incapacitado y que su gobierno no quiere admitirlo por miedo a que se desate una desestabilización por la lucha por el poder, no sólo con el cuerpo político como un todo, sino también dentro de las clases dirigentes del Movimiento por la Democracia Multipartidista.
El martes, se cumplirá un mes desde que Mwanawasa sufrió el ataque en una reunión de la Unión Africana en Egipto. Pocos días después voló a un hospital militar en París, donde aparentemente su salud permanece en una oficial estabilidad, hasta el día de hoy.
El episodio completo terminó igual de ridículamente que como comenzó, más notablemente cuando el 3 de julio, el presidente Mbeki pidió unos minutos de silencio por Mwanawasa en un acto público, diciendo que había sido informado por un compañero de la Comunidad por el Desarrollo del África Austral (SADC) de que el presidente zambiano había fallecido.
Los medios de comuinicación se empaparon de la noticia y gobiernos y partidos políticos publicaron notas oficiales de condolencia. En pocas horas, el gobierno zambiano negaba enérgicamente la noticia y avergonzaba al gobierno sudafricano y a otros instándoles a que se disculparan y retractaran.
Los cínicos especularon con que ese «compañero de la SADC» que informó a Mbeki de la muerte de Mwanawasa podría haber sido Zimbabwe, ya que Mwanawasa es uno de los pocos líderes regionales que públicamente ha criticado el comportamiento de Mugabe.
Los partidos de la oposición de Zambia han demandado un examen médico independiente de Mwanawasa para establecer si aún puede ocupar el puesto.
Un Ministro zambiano ha sido conminado a dimitir por sugerir que la cúpula del MMD (Movimiento para la Democracia Multipartidista) podría comenzar a buscar un sustituto.
Mwanawasa simpre ha tenido problemas de salud -y se sospecha que carece de todas las facultades mentales- desde que sufrió una lesión en la cabeza en un accidente de tráfico en 1991, mucho antes de que se convirtiera en presidente en 2001.
La lesión también le dejó un tartamudeo.
A pesar de todo esto, Mwanawasa ha llevado el país bastante bien. Siempre ha llevado a cabo políticas conservadoras y sensatas, que han ayudado a la estabilidad y al crecimiento de la economía, atrayendo nuevas inversiones.
Muchos de estos inversores eran granjeros blancos que llegaron como perros sabuesos desde Zimbabwe y ayudaron al empuje de la producción de maíz en Zambia.
Persiguiendo estas sensatas políticas también permitió que el país fuera clasificado, debido a su importante deuda, dentro del Programa del Banco Mundial para condonar la deuda de los países más altamente endeudados.
Esto proporcionó al Gobierno dinero para asistir a los granjeros y a estimular la educación.
Hay que reconocer que Mwanawasa también ha ayudado a que los precios internacionales de las materias primas se elevasen, especialmente el cobre, la exportación principal del país.
Mwanawasa sólo tiene 59 años y lleva 8 en el poder.
Esta es la desgracia del país, él ha sido abatido mientras hacía buenas cosas por su país.
(IOL, 28-07-08)
