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En situaciones de emergencia y de necesidad, todos estamos dispuestos a colaborar con un compromiso generoso y responsable para superar el reto concreto que nos invade. Seguiremos las normas indicadas por los profesionales de Sanidad, a quienes seguiremos aplaudiendo agradecidos por su cuidado de los enfermos.
Al mismo tiempo, pedimos que se remedien los fallos graves que están cometiendo algunos gestores, que tienden a politizar la salud, educación, economía, deportes y todos los ámbitos de la vida personal y social, olvidando lo más importante: el bien común.
Conviene reconocer que, ante esta pandemia, se han permitido masificaciones irresponsables Algunas normas concretas tampoco tienen mucho sentido. Se nos pide no salir a pasear o hacer deporte solos, pero podemos salir con la mascota, ¡o a comprar tabaco! Lo curioso es que en otros países se aconseja salir a hacer deporte individualmente.
Los líderes políticos han llegado tarde con la declaración de “alarma”, atrapados en sus divisiones e intereses internos. Podían haber aprendido de China y Corea del Sur para responder a la crisis de forma urgente y adecuada. La intervención de Corea del Sur fue mucho más rápida y decidida, aun cuando solo tenían medio centenar de casos.
El infectólogo Oriol Mitjà, que lidera un ensayo para cortar la transmisión del microorganismo, reclama responsabilidades por “la falta de previsión” en la gestión de la crisis. «Para poder sobreponerte a una epidemia de estas características necesitas ir por delante de la epidemia, no por detrás, justificándote.»
Resulta incomprensible que exista una escasez seria de medios sanitarios para los tests de afectados y protección del personal. Esto es una grave falta de profesionalidad en la gestión de los recursos en un país como España. Los casos se disparan porque llegamos tarde. España es ahora el segundo país del mundo con más nuevos casos de afectados diarios. El personal sanitario está dando un gran ejemplo de competencia y de responsabilidad.
Hoy, 23 de marzo, a la hora de realizar el presente editorial, diez días más tarde de la declaración de “alarma”, Sanidad registra en España 28.572 contagios, con 1.813 muertes. 2.575 pacientes han sido dados de alta.
Por falta de profesionalidad en la gestión de la crisis, recursos y medios a tiempo, la pandemia se sigue disparando. “España tuvo más de 15 días de ventaja en tomar medidas y no lo hizo», nos informa Ana, una médica valenciana que trabaja en Milán. La burocracia retrasa mucho los test rápidos y las autonomías están descontentas.
Aun en estas circunstancias difíciles, no podemos olvidar que existen muchos pueblos y naciones que se encuentran en una situación más delicada que la nuestra.
En este momento ya tenemos más de 30 países africanos con casos de coronavirus. Algunos países como Kenia ya han cerrado sus fronteras, en parte porque, como ha dicho el propio presidente U. Keniata, no tienen los medios médicos necesarios para hacerle frente si llegara a masificarse.
Todos debemos aprender de esta crisis algo fundamental: solo con mayor profesionalidad, responsabilidad en la gestión y solidaridad podremos superar crisis tan graves como la del coronavirus, con todas sus serias consecuencias, también económicas, particularmente para los pueblos más desprotegidos del hemisferio sur.
La mejor forma de prevenir tales crisis consiste en elegir un nuevo tipo de gobernanza profesional, sin partidismos, y en apostar por una economía donde el ser humano y el bien común sean siempre el centro mismo de toda actividad política y económica.