Yo grito la alegría que inunda mi corazón (L. S. Senghor), por Fátima Valcarcel

5/03/2012 | Bitácora africana

Tras lo acontecido en Senegal durante los últimos meses, me uno a los senegaleses compartiendo uno de los poemas del primer presidente de la República de Senegal, Léopold Sédar Senghor. Espero que todo el pueblo senegalés pueda recobrar pronto su alegría.

De antemano, pido disculpas por atreverme a traducir este poema para el público hispanohablante que sigue este blog. Cualquier corrección será más que bienvenida.

Je crie la joie qui inonde mon coeur

Or voici aujourd’hui ma soeur la Brise, qui me visitait à Joal

A l’heure où des oiseaux étranges, vieux messages d’ancêtres, chantaient doux la rosée du soir.

La mémoire de ton visage est tendue sur ma gorge, tente fervente du Tagant

Voûte qu’encercle la forêt bleue de tes cheveuex.

Ton sourire de part en part traverse ce ciel mien, comme une voie lactée.

Et les abeilles d’or sur tes joues d’ombre bourdonnent comme des étoiles

Et la Croix du Sud étincelle à la pointe de ton menton

Et le Chariot flamboie à l’angle haut de ton front dextre,

Je crie la joie étale qui inonde mon coeur plus que Niger en hivernage

Je la crierai aux bêtes des palétuviers – Nânio!

Je la crierai aux fiancés qui causent sur la natte de la plage – Nânio!

Et je reposerai longtemps sous une paix bleu-noir

Longtemps je dormirai dans la paix joalienne

Jusqu’à ce que l’Ange de l’Aube me rende à ta lumière

A ta realité brutale et si cruelle, ô Civilisation!

Léopold Sédar Senghor. Nocturnes (Chants pour Signare), Le Seuil.

Yo grito la alegría que inunda mi corazón

Ahora bien aquí llega mi hermana la Brisa, que me visitaba en Joal

A la hora en la que los pájaros extraños, antiguos mensajes de antepasados, cantaban dulcemente el rocío de la madrugada.

El recuerdo de tu cara se tensa en mi garganta, tienda ferviente de Tagant

Bóveda que rodea el bosque azul de tus cabellos.

Tu sonrisa por todas partes atraviesa este cielo mío, como una vía láctea.

Y las abejas de oro sobre tus mejillas sombreadas zumban como unas estrellas

Y la Cruz del Sur brilla en la punta de tu mentón.

Y el Carro arde en el ángulo derecho de tu frente,

Yo grito la alegría permanente que inunda mi corazón más que Níger en la estación de lluvias

Yo la gritaré a las bestias de los manglares – ¡Escuchad!

Yo la gritaré a los novios que charlan sobre la estera de la playa – ¡Escuchad!

Y yo descansaré mucho tiempo bajo una paz negro-azulada

Durante un largo rato yo dormiré en la paz de Joal

Hasta que el Ángel del Alba me devuelva a tu luz

A tu realidad brutal y tan cruel, ¡oh Civilización!

Léopold Sédar Senghor. Nocturnes (Chants pour Signare), Le Seuil.

Según la interpretación del Volumen I de las Pages Africaines Hathier, de donde se ha extraído este poema, el poeta escapa por un momento de su presente (Senghor se encuentra en Francia, lejos de su país). El poder de sus recuerdos le llevan a reencontrarse con la alegría y la paz de su infancia en Joal, pueblo de Senegal, y le permiten renovar sus fuerzas. El mundo occidental donde habita el poeta le parece brutal y cruel porque le priva de las dulzuras de su país.

Nota: Nânio! está escrito en serer, la lengua materna del autor. El wolof, no obstante, es la lengua más extendida en Senegal.

Original en Es la hora de África

Autor

  • Valcárcel, Fátima

    Fátima Valcárcel es ante todo periodista y enamorada de África y por este continente ha volcado su labor profesional y humana . Actualmente reside en Mali donde colabora con el periódico "Les Echos" y desde Bamako escribe su blog "Es la hora de África" que reproducimos en esta Bitácora Africana.
    Escribe en la Revista "Política Exterior" y en "FronteraD" , y en la Universidad de Valencia con la Cátedra UNESCO . organizó y dirigió seminarios sobre África

Más artículos de Valcárcel, Fátima