Miembros del grupo étnico malinke se amotinaron en dos ciudades, matando a un hombre y dejando las tiendas de propietarios peul en ruinas, al expandirse la violencia étnica desde la capital hacia otras zonas, por los obstáculos que impiden la celebración de las elecciones presidenciales.
Las tensiones aumentan en el país africano por el retraso de la segunda ronda de votaciones entre los dos candidatos, uno peul y otro malinke. La semana pasada, la ONU declaró que la violencia en la capital parece estar étnicamente motivada.
Al menos una persona resultó muerta y otras 62 resultaron heridas en la capital.
En la ciudad del norte, Siguiri, un hombre fue asesinado por un malinke con un machete, según relató a la prensa un familiar de la víctima. La radio local informa de tiendas cuyos propietarios son peuls, en Siguiri y Kankan, que han sido destrozadas y saqueadas por malinkes.
Por otra parte, organismos de derechos humanos han condenado el día 26 de octubre la actuación de la policía de Guinea, al reprimir los enfrentamientos violentos entre los seguidores de los dos rivales políticos, durante las protestas callejeras, a lo largo de toda la semana pasada.
Amnistía Internacional dice que las fuerzas de seguridad han disparado indiscriminadamente contra civiles desarmados, golpeado a los manifestantes, y saqueado casas durante los enfrentamientos que han causado el retraso de la segunda ronda de las elecciones, por segunda vez.
“Esta reacción brutal y temeraria contra los manifestantes es el último ejemplo de la violencia de las fuerzas de seguridad de Guinea Conakry, cuya brutalidad habitualmente queda impune”, declaró Gaetan Mootoo, un investigador de Amnesty International en Guinea.
(News 24, 26-10-10)