Vigilaos (1) , por Ramón Nse

7/04/2011 | Bitácora africana

Si yo fuese mas o menos como Bill Gates, seguro que me pasaría la vida mirando para otro lado. Parte de mi fortuna sería entregada a los más necesitados, en plan filántropo, viajaría a países hambrientos pero tranquilos con mi jet privado y me abrazaría a niños con VIH hasta el ombligo. Sería bonito que yo fuera Bill Gates. Pero lo más importante para mi de ser como Bill Gates serían mis guardaespaldas, ¡claro!, hay mucho envidioso deambulando por estos parajes de diosito y no quiero que mi familia luego se partan la crisma intentando repartirse bélicamente mi fortuna. ¡todo para los pobres querida familia!… ¡tu puta madre!, responderían ellos.

No soy Bill Gates y si realmente lo quiero ser antes de los 60, solo tengo una opción: DAR GOLPE. Bill Gates cuando tenía una edad (la misma en la que me pasé yo buscando saber qué escondían las chicas debajo de la falda) ideo un plan, un gran plan. Se encontró con un ordenador, lo manipuló para bien y junto a otro illuminati, crearon una de las empresas que hacen trabajar a más niños pobres que los que ellos a ellos les gusta tanto cargar delante de las cámaras ¡Sonríe Bill!… ¡flash!. El niño no sonríe por que sabe que luego de que se vaya ese maldito millonario, habrá que ir al basurero a buscar algo para llevarse a la boca. Pero bueno, Bill Gates ostenta el título de uno de los hombres más ricos del mundo y la gente le respeta por eso. Tiene mucho dinero y por más que nos duela saber la procedencia de ese dinero, viendo esas fotos con niños, no podemos dejar de sentir algo bonito y le perdonamos el resto de barbaridades que se pueda estar cometiendo con su empresa para que él y sus socios tengan la nevera siempre llena de suculentos bocados. ¡Bill, te queremos!

– ¿Por qué carajos nos cuentas esta historia Pablo? ¡todos conocemos a Bill Gates!

– Es que quiero recordar las palabras de los amiguetes de Obiang «SED VOSOTROS MISMOS LOS GARANTES DE LA PAZ EN GUINEA ECUATORIAL Y DENUNCIAD CUALQUIER ACCIÓN SOSPECHOSA QUE PUEDA OCURRIR EN VUESTROS BARRIOS»

– ¿Y qué tiene eso que ver con Bill Gates?

– Nada. Pero es que he estado pensando que Obiang Nguema tiene más dinero que Bill Gates y más guardaespaldas que él.

– Explícate Pablo o no te invitamos a una 33 fresquita

– Vale, yo pienso esto

Si os dais cuenta, no hay país poderoso que nos pueda «invadir». Por ejemplo España, ha tenido que bajarse los pantalones para poder incar el diente a nuestro petróleo. Los satélites norteamericanos están constantemente vigilando nuestro territorio para que nadie se meta en sus cosas. Luego también están los franceses, que desde Gabón y Camerún nos controlan las aguas y el cielo. Marroquíes y libaneses están como espías internos vigilando a los más cercanos a Obiang y los israelíes preparando y controlando a la guardia pretoriana del jefe. En definitiva, nuestro país es el más vigilado del mundo por su extensión. Todo eso está bien, nos gusta sentirnos protegidos. La única pega es que si te das cuenta, ahora los hombres fuertes del régimen, el PDGE, las asociaciones de jóvenes del PDGE nos piden que nos vigilemos los unos a los otros, o sea, TODOS estamos haciendo de espías. Es normal que los vecinos estuviesen atentos a las cositas de barrio, pero que el vecino garantice la buena gobernabilidad del del país vigilando al otro es para vivir aterrado de por vida. Va de espías inexpertos ya que de repente te encuentras con casos como el que viví ayer en la comisaría de Semu. Iba por la calle un chico de unos 22 años con su Ipod escuchando tranquilamente su música cuando de repente le llaman con un tono que sólo el que ha vivido en el suelo patrio puede entender y reproducir

– ¡Tú!…¡Tú!… ven, ¡ven aquí!

– ¿Yo?

– Si, tú, ven aquí un momento

El chaval ve que le llama un señor sentado en una silla junto a una mesa que sostenía la botella de SOTO a medio acabar y acompañado de otro hombre con tez seria. El chico se les acerca y se queda parado frente a ellos. El hombre lo mira de arriba a abajo y luego se bebe un sorbo de su vaso y finalmente le pregunta.

– ¿Vives en este barrio?

– No

– ¿Qué llevas en la mano?… si, eso, ¿qué es?

– Es un Ipod

– ¿Pipot?, ¿qué es eso y para qué sirve?

– ¡No! – sonríe el chaval – es un IPOD y sirve para escuchar música

– ¿Y si no vives en este barrio, qué haces entonces paseando aquí con ese PIPOT?

– Es que cruzando este barrio llego más pronto al mío que está justo detras de esa casa

– ¿Me tomas el pelo?

– ¿Por… por qué?, no señor. ¿Por qué dice eso?

– Mira niño, yo que me ves aquí soy el presidente de la asociación de vecinos de éste barrio. Jeremías, a mi lado, es el adjunto. ¿Tú crees que vas a tomarnos el pelo con tu historia?

– Yo no le he tomado el pelo a nadie – dijo el chico viendo que los dos hombres estaban tomando la actitud que tanto odian los jóvenes de Malabo – tengo prisa

– ¡Akie!… encima ahora eres tú el que tiene prisa. Osea nosotros somos los vagos. A Jeremías ye wa wog?

– Amigo – dijo Jeremías – acompáñanos

– A ver, señores, yo no pienso acompañarles a ningún lado

– ¿Es lo que dices nga?, vale, vamos a ver ahora quién ríe mejor – sentenció Jeremías y sacó un nokia de la era de Judas y marcó – Vamos a ver si un Kulmandjo como tú puede resistir. ¡Salvaje!

El chico, uno de esos chavales que practican culturismo sin comer sano, cometió el error de esperar a que llegara el que recibió la llamada de Jeremías. Se plantó, apagó el Ipod y con una seriedad pasmosa se quedo mirando a los dos hombres

– Míranos bien, ahora vas a saber lo que estás buscando en este barrio con tu PIPOT

– Yo no les tengo miedo.

Minutos despues, y para sorpresa del chaval, aparecieron dos hombres uniformados. Uno de ellos llevaba en la mano un AK47 destartalado y sin culata, el otro llevaba una pistola en el cinto.

– Mbolo muadjang Jeremías. A ne sa?

– Éste. Es éste elemento

El policía se acercó al chaval y lo agarró por el hombro con violencia y solo dijo: «amigo nke»

– ¡Eh, eh, eh… suélteme! ¿Pero que pasa aquí?

– ¡A FUERA MUF WURUYE OCO! ¡Mierda hombres!

El chaval cometió el segundo error al comenzar a caminar en medio de los dos uniformados. Jeremías y su amigo presidente de la comunidad de vecinos se quedaron sentados en el mismo sitio. Como ya se había acercado gente para ver el espectáculo, sólo les escuchó responderle a una señora así: «Es uno de los Kulmondjo que vienen aquí a molestar»

En comisaría (bueno, en el proyecto de cabina telefónica convertida en comisaría) se encontró el chico con otro señor sentado detras de una mesa de importación china que los miró y después dijo: «Vaa ne ñi 25 bien dados»

– ¡NO!, ¡NO!… ¡¡¡¿PERO, PERO QUE OS HE HECHO?!!!

El comisario prestó atención a esa pregunta del chaval y ordenó a sus «chicos» que le dejasen un momento.

– Mira tú, aquí no estas en un mercado o esos sitios donde vais fumando banga por la noche. ¿Tú crees que te hemos traido aquí por que nos gusta la diversión?. ¡Vuelve a chillar como un mono ahora mismo y hago que te den 150 porrazos debajo de los píes? ¡Que coño va a ser esto!

– Señor comisario – empezó el chaval ya muy acojonado – pero si yo no he hecho nada… yo…

Un cachete en todo el moro fue la réplica a tan atrevido intento. El chico empezó a llorar y no se imaginan ustedes la imagen que ofrece un cachas llorando ante unos uniformados minúsculos. Es triste

– ¡Cállate!, cuando vais maltratando a gente y robando no soléis llorar. ¿Crees que nos vas a dar pena?

Todos los presentes en la comisaría, incluido yo, mirábamos la escena y nadie decía nada.

– ¿De donde eres?, no preces guineano tú. ¿One muan camerunés nga?

– Soy de Basupu

– ¡AKIEEEEEEE! – chilló el comisario

– ¡Djuaaaaak – exclamó uno de los uniformados – muan bilop! ¡edalé!

– A bade engongó. Okukut mot wa tebe na wa kuma bo fam. ¡txxxxxmmmm!

– ¡MAIB! – chilló como un mono el comisario – amigo, ober da be emu.

(Continuará si les parece que la historia merece la pena. Gracias)

Pablo y Nsé desde Amsterdam

Autor

  • Nse, Ramón

    Nse Ramón o Ramón Esono Ebalé (alias Jamón y Queso) es un artista guineoecuatoriano nacido en Nkoa-Nen Yebekuan (Mikomeseng-Kie Ntem) en 1977 y residente en Malabo desde 1982. Dibujante e ilustrador autodidacta, compagina su pasión por el dibujo y el cómic con su trabajo de grafista. Actualmente es el grafista titular del Centro Cultural de España en Malabo y como dibujante de cómics ha ganado varios premios y certámenes internacionales como el concurso "Regarde 9", en el Festival Internacional de BD de Angulema (Francia), el premio obtenido en Cocobulles, Costa de Marfil con el trabajo "Le réveil d'Akoyo". Ha expuesto en los Centros Culturales Francés y Español en Malabo y Bata, en el Feshcary (Camerún) y en diversas galerías de Europa, América y Estados Unidos. El artista ha iniciado diferentes proyectos para organismos internacionales que operan en Guinea Ecuatorial realizando carteles e ilustraciones para la campaña de la Unión Africana en fomento de la Juventud y sus Derechos de la Organización de la Unión Africana.

    Participó en ARCO2010 con dos series ácidas y corrosivas sobre las dictaduras y la corrupción

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