Viajar a Senegal y descubrir la magia de la creación en primera persona. Dialogar, intercambiar, observar a prestigiosos artistas locales en pleno proceso de elaboración de su obra, de Saint Louis a Ziguinchor pasando por Dakar y Thiés. Aprender de la imaginación y la originalidad, de la escasez convertida en virtud, pegados al terreno. Este fue el apasionante viaje por Senegal que vivieron 20 estudiantes de diseño y cinco profesores durante dos semanas del pasado mes de julio de la mano del proyecto de diseño social Route y con la colaboración del Instituto Europeo di Design (IED). Como dice su promotor, Ramón Llonch, “en un mundo cada vez más uniformado, quizás África es la puerta que queda por abrir”.
El periplo de los jóvenes no sólo ha sido geográfico, “gracias a Route se han sumergido en una realidad que no estaba escrita en ninguna de las asignaturas que estudian y que pide iniciativas con el fin de dar respuestas imaginativas a los problemas de la vida cotidiana en muchos lugares de África”, añade Llonch. Entre los artistas con los que tuvieron la ocasión de compartir experiencias se encuentra Adama Paris, célebre diseñadora de moda y organizadora de la Dakar Fashion Week, la también diseñadora de Saint Louis Rama Diaw, la tejedora Maï Diop y el artista Ousmane Mbaye, que elabora muebles de diseño a partir de piezas de metal, lo que le ha valido reconocimiento internacional como maestro del upcycling.
La historia de Route comienza mucho tiempo atrás, cuando el propio Llonch decide poner en marcha Artlantique, una iniciativa para transformar la madera de los grandes cayucos de pesca senegaleses en objetos de diseño, como mesas, cabeceros de cama, sillas, taburetes y otros, un proyecto que pone en valor la madera decorada con motivos geométricos que ha pasado largos años en el mar y que pretende también generar empleo y posibilidades de desarrollo a los artesanos locales. A partir de esa experiencia y con el decidido apoyo y colaboración, hombro con hombro, de Ignasi Pérez Arnal, profesor de Ciencia Aplicada al Diseño del IED, la idea de llevar hasta Senegal a jóvenes estudiantes para que asistan al proceso de creación de los creadores locales y compartan experiencias con ellos va surgiendo.
“Route pretende ser un laboratorio que busca promover a través del lenguaje común de la creación un intercambio de ideas, experiencias y soluciones entre jóvenes creadores europeos y africanos”, añade Llonch. Y el lugar escogido, Senegal, no es casual. “Después de años trabajando allí he podido comprobar que es uno de los epicentros de la creación africana, un vivero de artistas y tendencias, desde la música hasta la moda. Route ha sido una oportunidad de trabajar directamente con algunos de los actores que a través de su creatividad están transformando la sociedad africana”, explica su promotor.
Durante los quince días que duró el proyecto, los jóvenes no sólo acudieron a los talleres y centros de creación, sino que participaron en eventos culturales y descubrieron la increíble variedad y vitalidad de este país. Como asegura en el blog de Route una de las participantes, Laura Mora, “he vivido un intercambio auténtico y creativo a través de las calles y los personajes de Senegal. Entrar en sus casas y talleres, cocinar entre mujeres, escuchar historias de otros, admirarlas, compartir las mías, dormir sin prejuicios, trabajar con sus herramientas, crear, cocrear, a cuatro, cinco, seis manos… Inspirarte, estar y compartir con el resultado de una sonrisa. Sorprenderte, siempre sorprenderte”.
Los organizadores de esta primera experiencia ya están pensando en repetir el año que viene, para lo que cuentan con artistas como los ya citados Ousmane Mbaye y Maï Diop, a los que se sumarán Aissa Dione o Angelique Diedhiou, entre otros.
Original en : Blogs de El País. África no es un país