El pasado sábado, 21 de de abril, miles de manifestantes salieron a las calles en Antananarivo, la capital de Madagascar, para protestar contra la controvertida ley electoral recientemente aprobada, unos meses antes de las elecciones presidenciales y legislativas.
La manifestación, que había sido prohibida, se degeneró y los soldados dispararon contra la multitud. Según RFI, un informe provisional indica 3 muertos y 17 heridos. El eurodiputado Younous Omarjee pidió a la Unión Europea que condene la violencia de la represión. En un comunicado, la UE apoya a las familias de las víctimas y deplora el uso de la violencia.
La protesta se organizó en un tenso clima político donde la oposición acusa al régimen del presidente Hery Rajaonarimampianina de querer silenciarla a unos meses de las elecciones presidenciales y legislativas programadas para fin de año. 800 personas se manifestaban por las calles de Antananarivo cuando la policía utilizó gas lacrimógeno y disparó munición real contra los manifestantes. Los diputados de la oposición tienen la intención de continuar el movimiento de protesta.
«No nos detendremos, ahora hay muertes por munición real, hay heridos en el hospital, hay niños en cuidados intensivos», declaró el parlamentario de la oposición Hanitriniaina Razafimanantsoa. «Este lugar es simbólico, es el lugar del 13 de mayo. Siempre fue allí donde comenzaron las revoluciones en Madagascar», advirtió. «Este régimen se ha manchado con sangre malgache», agregó.
Fuente: IPReunión
[Fundación Sur]
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