¿Va Kenia hacia otras elecciones violentas?

28/04/2017 | Crónicas y reportajes

En las últimas semanas, Kenia ha experimentado un aumento de la violencia política entre partidos tras el inicio de las primarias en sus partidos políticos, que comenzaron el pasado 13 de abril y tienen una duración prevista de dos semanas. Las primarias son «mini-encuestas» realizadas por los partidos políticos para elegir a los candidatos que competirán por los escaños en las elecciones generales, que se celebrarán el 8 de agosto.

El foco está en el Movimiento Demócrata Naranja (ODM), que fue el primero en empezar el proceso de nominaciones. El ODM se formó en 2007 y es uno de los principales partidos políticos de Kenia. Desde el inicio de las primarias del ODM, el caos se ha adueñado del proceso. Los peores casos de violencia política se observaron en Migori, en el suroeste de Kenia, y en Ruaraka, en Nairobi. En ambos casos, la violencia entre rivales provocó numerosas lesiones.

Las primarias del Condado de Busia, que fueron las primeras en tener lugar, también terminaron de manera caótica. Busia es un condado de Kenia Occidental, en la frontera con Uganda. Las primarias siguen su curso y se siguen caracterizando por una tensión palpable.

ken4.jpgTensiones que también se han ido acumulando dentro del partido gobernante, Jubileo, que comenzó sus nominaciones el viernes de la semana pasada. Sus preparativos también se han caracterizado por tensiones partidistas internas.

Recientemente, en el condado de Kirinyaga, en el centro de Kenia, los partidarios de dos candidatos para el puesto de gobernador se enfrentaron violentamente en una reunión para la oración. Como presagio de lo que estaba por venir, el primer día de las primarias de Jubileo estuvo tan desorganizado que el partido anunció un aplazamiento a nivel nacional de las nominaciones.

Las leyes electorales de Kenia exigen a todos los partidos políticos realizar elecciones primarias internas. Pero es un requisito que prefieren no cumplir. La verdad es que los partidos polítícos de Kenia se reúnen en torno a las personas y a las comunidades étnicas en lugar de a la ideología. Esto ha convertido el ejercicio de las primarias en una tarea ardua, en parte porque los aspirantes vencidos se suelen sumar a formaciones rivales después de perder unas votaciones. Esto, en vistas a las elecciones generales, supone una verdadera pesadilla con la que lidiar para los partidos.

Rivalidad tras el caos

La violencia en las primarias de los partidos ha sido más intensa en las regiones donde los principales partidos políticos tienen más seguimiento. Los aspirantes nominados en sus plazas fuertes tienen mayores posibilidades de ganar. Esto significa que la batalla por las nominaciones es feroz, y que los aspirantes suelen recurrir a la violencia contra sus oponentes.

A pesar de contar con mecanismos disciplinarios, los principales partidos no han frenado todo este caos instigado. Por lo general, imponen multas a los que cometen actos delictivos en vez de tomar medidas más drásticas como una suspensión del cargo o directamente la expulsión.

El hecho de que la mayoría de los políticos puedan pagar las multas sin mayor esfuerzo ha creado toda una cultura de la impunidad, por lo que los actos violentos son una constante en los ciclos electorales.

Si la violencia no se contiene ahora, puede anticipar lo que ocurrirá cuando los keniatas vayan a las urnas en agosto. Y aunque el reciente conflicto ha sido una llamada de atención, no ha sido ninguna sorpresa, dada la historia de Kenia con la violencia electoral. Desde el regreso de la política multipartidista, el país ha presenciado en numerosas ocasiones tensiones étnicas y violencia en tiempo de elecciones. Sólo las encuestas de 2013 destacan como relativamente pacíficas.

Problemas más profundos

La violencia durante las elecciones no deja de ser un indicador de cuestiones subyacentes, socioeconómicas y políticas: las injusticias sobre la tierra, la marginación y la privación de derechos. Estas cuestiones fueron expuestas en el Informe de Justicia y Reconciliación en 2013, escrito en respuesta a la violencia postelectoral de 2007-2008. Sin embargo, las recomendaciones que en él se contenían nunca han sido implementadas. Durante este período de tiempo, 1.133 personas murieron y otras 600.000 se quedaron sin hogar.

Aunque las siguientes elecciones, las de 2013, fueron relativamente pacíficas, las tensiones étnicas han seguido aumentando por todo el país. El odio intolerante, racial y político, se ha visto impulsado principalmente en las redes sociales, dominadas por los jóvenes keniatas.

ken5.jpgDicha llama, avivada en las redes sociales desde las elecciones de 2013, se está convirtiendo en un incendio a medida que los políticos se centran en la campaña electoral. Mientras que muchos líderes políticos intentan una retórica polarizadora, los jóvenes se convierten en víctimas o perpetradores de la violencia política. El desempleo generalizado del 22% es también un factor que contribuye a que los jóvenes se unan a equipos de campaña como vigilantes, milicias o agentes.

Hacia unas elecciones pacíficas

A medida que se acerca la fecha para las elecciones generales en Kenia, los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido han hecho sonar la alarma sobre el potencial de que resulten ser violentas.

El Instituto Nacional Democrático también ha advertido acerca de la posibilidad de violencia antes, durante o después de las elecciones. El Instituto es una organización no gubernamental internacional cuya tarea principal es la de promover los principios democráticos y la buena gobernanza. En Kenia, su trabajo ha consistido principalmente en fortalecer los procesos electorales y políticos.

El Instituto también ha dado una serie de recomendaciones sobre cómo evitar la violencia en relación con las elecciones. Pero al final, serán sólo los keniatas quienes puedan frenar la violencia etnopolítica.

A medio y largo plazo, una manera de hacerlo sería implementando el Informe sobre Justicia y Reconciliación antes mencionado. Otra sería construir partidos políticos programáticos, que estén arraigados en la ideología en lugar de en la etnicidad. A corto plazo, que ya es del que se dispone, las instituciones encargadas de garantizar una campaña electoral pacífica deben desalentar activamente la violencia. Por ejemplo, la Comisión Nacional de Cohesión e Integración debe cumplir con su mandato. La Comisión es un órgano estatutario establecido en el contexto de un pacto de reconciliación acordado después de la violencia postelectoral de 2007-2008. Su objetivo es apoyar la coexistencia pacífica sostenible entre los keniatas.

Muchas organizaciones se han opuesto a participar en los asuntos de un partido citando el principio de neutralidad. Pero siendo su objetivo el de garantizar unas elecciones libres, justas y pacíficas, es hora de tomar partido.

Sekou Toure Otondi

Fuente: Mail&Guardian

[Traducción y edición, Mario Villalba]

[Fundación Sur]


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