¿Va a financiar Noruega la destrucción de la selva en RD Congo?

30/06/2017 | Opinión

El gobierno noruego está analizando financiar la tala industrial de la selva en la República Democrática del Congo lo afectará a 20 millones de hectáreas de selvas tropicales. El negocio de la madera tropical destruye las vidas de la población y la biodivesidad -y calienta el clima.

En la cuenca del Congo en Africa central se extiende la segunda área de selvas más grande de la Tierra. Las selvas tropicales albergan una biodiversidad inconmensurable, con chimpancés, gorilas y elefantes del bosque. Son el hogar de millones de personas y almacenan grandes cantidades de carbono.

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Casi no se puede creer que en el marco de su política climática, el gobierno noruego esté planificando la tala de la selva en la República Democrática del Congo. La industria de la madera tropical recibiría una concesión de 20 millones de hectáreas de selvas para las talas -lo que supone más que el doble de la superficie de Portugal, según advierte la organización ambiental británica Rainforest Foundation UK (RFUK).

El gobierno noruego pretende conceder 16 millones de euros a los operadores de un programa de protección del clima y los bosques, la Iniciativa de Bosques Centroafricana. Esto tendrá lugar a través de la agencia estatal francesa para el desarrollo AFD.

No sólo los árboles almacenan grandes cantidades de carbono, también los suelos: amplias partes de las concesiones planificadas crecen sobre capas gruesas de turbera. Estas contienen en promedio casi 2.200 toneladas de carbono por hectárea. Hasta 10 mil millones de toneladas de CO2 podrían liberarse con la tala, según cálculos de RFUK. Y supone el equivalente a las emisiones de carbono de Noruega durante 200 años.

Simon Counsell, director de RFUK aclara: “El gobierno noruego pone en peligro almacenes significativos de carbono con su apoyo fallido al llamado manejo sostenible de bosques en Congo. En su lugar de promover la tala de amplias superficies debería trabajar con el gobierno del congo para cerrar las concesiones madereras y devolverselas al estado, tal y como está contemplado en la ley”.

Mientras que el producto interno bruto por habitante en Noruega está en 63.000 Euros por año (2017), en la República Democrática del Congo es de 700 Euros.

Una pequeña parte de sus jugosas ganancias las invierte el país escandinavo en medio de una efectiva campaña publicitaria en proyectos ambientales. A través de su Iniciativa Internacional para el Clima y los Bosques (International Climate and Forest Initiative – NICFI) fundada en 2007 Noruega financia proyectos ambientales alrededor del mundo.

Noruega ha invertido según los datos públicos unos 2,7 mil millones de euros.

Entre estos proyectos se encuentra desde 2008 su Fondo Amazónico en Brasil, al que aportan aproximadamente mil millones de euros. El proyecto está destinado a reducir la deforestación en la región amazónica. Como en los últimos tiempos las tasas de deforestación en Brasil se han vuelto a disparar, el gobierno noruego ha disminuído esta cantidad y amenazado con cortarla totalmente.

En África, fundó el gobierno noruego en 2015 la Iniciativa de Bosques para África Central CAFI). Otros miembros de la iniciativa son Alemania, la Unión Europea, Francia, Reino Unido, Países Bajos y Corea del Sur. Bajo el lema “Combatir el cambio climático, proteger los bosques, reducir la pobreza y contribuir a un desarrollo sostenible”.

Las emisiones de CO2, en su mayor parte causadas por los países industrializados más ricos conducen al cambio climático global, el cual padecen principalmente y en parte con dramáticas consecuencias los países más “pobres” en las zonas tropicales. Otras áreas en torno al Ecuador podrían volverse inhabitables, por ejemplo a causa de las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones, advierten algunos pronósticos.

Con sus donaciones Noruega pretende desviar la atención de la extracción de petróleo y gas en el Ártico. Las inversiones en proyectos de conservación de la selva están evidentemente destinados a compensar las emisiones de CO2 de Noruega. Ecologistas critican por ese motivo la política noruega como “hipocresía climática»

Si incluye Carta

Para: Primera Ministra de Noruega Erna Solberg

¡No financien desde Noruega la industria de la madera tropical! Cancelen las concesiones madereras. Protejan la selva de Congo y a sus habitantes.

LEER LA CARTA

Fuente: Salvarlaselva.org

[Fundación Sur]


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