Una resistente en Ruanda

20/06/2011 | Entrevistas

La principal opositora del autócrata Paul Kagame está en la cárcel, Habla un responsable de la oposición.

Presidenta desde 2006 de las Fuerzas Democráticas Unificadas (FDU Inkingi), principal movimiento opositor al régimen autocrático ruandés, Victoire Ingabire Humoza trabajaba en una multinacional en los Países Bajos, donde esta economista políglota (habla el kinyarwanda, francés, holandés, inglés), coordinaba los servicios contables de 25 filiales.

En enero de 2010, decidió regresar a Kigali para “liberar el país del poder autoritario, militar-sectario del FPR”, partido del presidente Paul Kagame. Fue encarcelada el 14 de octubre; primero en un calabozo en condiciones deplorables sin poder recibir la visita de su marido y tres hijos. En este país, en el que las autoridades siguen acusando a responsables franceses de “complicidad en el genocidio de 1994”, Victoire es una opositora que Kigali desearía acallar definitivamente. El doctor Emmanuel Mwiseneza, uno de los responsables de las FDU, nos explica su cruel suerte, que apenas parece conmover a los defensores autoproclamados de los de derechos humanos.

¿Cuál es el estado de salud de Victoire Ingabire Umuhoza?

El embajador de los Países Bajos en Ruanda la ha visitado el 1 de abril. Su estado físico y moral es más bien bueno. Permanece firme, a pesar de un evidente deterioro de su salud.

¿Qué le reprocha el régimen?

Victoire es una prisionera política y el poder trata de justificar su encarcelamiento buscando motivos criminales: terrorismo, atentado contra la seguridad del Estado, revisionismo e ideología genocida, divisionismo y complicidad en actos para derrocar el gobierno…. El gobierno dice querer terminar con esta “hooligan que los occidentales quieren colocar a la cabeza del país”, y la fiscalía reclama para ella la pena de cárcel perpetua. Los periódicos alineados con el poder no se andan con chiquitas para machacarla. Todos sus discursos son deformados, empezando por el que pronunció en el memorial de Gisozi, cuando declaró querer inclinarse ante las víctimas del genocidio tutsi de 1994, pidiendo que las víctimas hutu pudieran ser recordadas también.

¿Hay otros prisioneros políticos?

Muchos, pero algunos han desaparecido y nadie sabe dónde están encarcelados. Todos los presidentes de los partidos de oposición están en la cárcel y otras gentes han sido asesinadas, concretamente varios periodistas.

¿La comunidad internacional permanece indiferente?

Tenemos la impresión de que más allá de algunas reservas la comunidad internacional sigue apoyando este régimen dictatorial, sin exigir apenas nada en compensación a este apoyo. La oposición no es apoyada en su combate en favor de un Estado de derecho y a favor de la democracia. Francia, acusada regularmente de haber apoyado el antiguo gobierno, no se atreve a mostrarse crítica. Está ausente. Bélgica, la antigua potencia tutelar parece también obsesionada por la retirada de sus militares al inicio del genocidio. Otras potencias, llevadas por intereses a corto plazo, no parecen darse cuenta de la gravedad de la situación.

¿Puede hablarse de abandono?

La oposición ruandesa habría deseado un apoyo más firme, justo cuando la comunidad se moviliza contra algunos dictadores. Las condenas de los asesinatos de periodistas o de hombres políticos siguen siendo muy tímidas. Los demostrados crímenes contra la humanidad puestos de relieve por el informe del Alto Comisariado de la ONU para los derechos humanos y las violaciones perpetradas en Zaire/RDCongo entre 1993 y 2003, han sido condenados como con desgana y el régimen de Kigali conserva apoyos incondicionales que, incluso ante evidencias, rehúsan abrir los ojos.

¿Cómo ve el futuro inmediato?

Sabemos que nos corresponde a nosotros los ruandeses imponer un cambio. Nuestro combate proseguirá hasta la liberación de Victoire Ingabire. Seguiremos reclamando la inscripción de nuestra formación política, que se reconozca a la oposición, que se revise la constitución, que se definan las acusaciones que se utilizan para amordazar a los opositores. Pedimos el derecho a la memoria para todos, una justicia equitativa y la reconciliación nacional; reconciliación que debería comenzar por un verdadero diálogo inter-ruandés.

Declaraciones recogidas por Frédéric Pons, Jueves, 16 de junio de 2011, en Monde Valeurs Actuelles.

Traducido por Ramón Arozarena.

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