Una población educada no es la panacea, pero es el único modo de progresar

21/11/2014 | Crónicas y reportajes

Siempre he mantenido que la única forma de que nuestro país logre una auténtica prosperidad, y los individuos y los grupos alcancen sus objetivos, es educando a nuestra gente. Esto significa que cuando se produce un conflicto presupuestario, la educación debe priorizarse sobre todo lo demás.

Quisiera empezar señalando que no sé mucho acerca de los sistemas educativos o de ciertas materias en concreto (eso es algo que debe quedar claro a nuestros expertos del tema). Lo que sé es que las personas educadas son capaces de tomar decisiones fundamentadas, son menos proclives a prejuicios y fanatismos insensatos, y son capaces de poner las cosas en perspectiva, permitiendo un progreso que de otro modo quedaría bloqueado.

Para demostrar el impacto que una población educada puede tener en nuestra sociedad, quiero exponer algunos ejemplos de cómo cambiarían las cosas:

1. Actualmente vivimos protestas por la calidad de los servicios prestados, que protagonizan esencialmente las mismas masas que votaron al Congreso Nacional Africano (CNA). La falta de servicios se debe a numerosos factores que no podemos mencionar aquí, pero ocurre a sabiendas de que la retórica populista seducirá al electorado la próxima vez. De un lado encontramos a las clases media y alta, que consideran que las personas tienen el gobierno que se merecen. Es como decir que un corredor ciego de 100 metros llanos perdió frente a Usain Bolt porque no estaba físicamente capacitado. Una población educada ignoraría esta retórica y preguntaría al Gobierno por qué debería votarlo otra vez. Aquello ocurrió en Zimbabue y, como resultado, hemos sido testigos de sucesivas elecciones trucadas. Los sudafricanos y el CNA son mejores que eso y progresarán en consecuencia.

2. Una población educada se preguntaría cómo Cosatu, la asociación más poderosa de sindicatos, puede acostarse con el CNA/Gobierno, cuyos objetivos son diametralmente opuestos. Los líderes sindicales señalan que para mejorar la situación de todos los trabajadores se deben tratar cuestiones de gobierno y empresa frontalmente. El Gobierno, por su parte, debe garantizar la prosperidad de todos y ponerse estricto con los sindicatos cuando estos socavan ese objetivo. Como consecuencia, la fracasada empresa del CNA/Cosatu/PCSA(1) finalmente se disolverá y se formarán otras alianzas más apropiadas. Esta situación empodera a los miembros del gobierno que se deben a los sindicatos, y a los sindicatos porque les permite completar su mandato sin preocuparse por verse excluidos del gobierno.

3. Actualmente, las ambiciones generales y conservadoras de la comunidad afrikáner se expresan en grupos como Boeremag, Oranje y la emigración. La gran mayoría de los afrikáneres están orgullosos de ser sudafricanos, pero desean preservar su cultura y su herencia. La solución ideal, en mi humilde opinión, se puede hallar en el federalismo, que permite a los grupos proteger sus propios valores sin por ello dejar de pertenecer a un todo. En el mejor de los ejemplos, los Estados Unidos de América, la diversidad de sistemas y oportunidades que surgieron del federalismo produjeron una superpotencia mundial. Cada Estado tiene su propio gobierno, pero cuando se trata de temas que afectan a todo el país, el gobierno federal toma las riendas. Si los afrikáneres probaran y solicitaran una mayor autonomía dentro de un sistema federal, las masas pondrían el grito en el cielo inmediatamente y lo calificarían de apartheid. Una población educada –compuesta por muchos grupos distintos– se identificaría con el sistema de los Estados Unidos. Se daría cuenta de que contamos con demasiados grupos, culturas y religiones diferentes y que todo ello podría acomodarse en un sistema como el federalismo. Nadie osaría explicar algo así a una masa sin educación a la cual se le puede hacer creer muy fácilmente que cualquier persona o cosa es responsable de su sufrimiento. Esto no daría lugar a discriminaciones pero, como se vio en la Provincia Occidental del Cabo, las personas que piensan del mismo modo tienden a juntarse. En lugar de manipularlos enviando «coloureds» (mestizos) al resto del país o usurpando los poderes de las provincias, se debería reconocer la realidad y defenderla.

4. Una población educada aceptaría de buen grado una ley sobre información para proteger la seguridad estatal, pero nunca permitiría que el Gobierno la utilizara para controlar a los medios de comunicación SALVO que surgieran verdaderos problemas relativos a la seguridad estatal.

5. Una población educada se sentiría identificada con sus compatriotas sudafricanos porque comprende cómo sus diferencias culturales se han entremezclado para hacer de este país un gran crisol de razas del que todos podemos estar orgullosos. A través del deporte y de otras actividades, los extremos de esa tela –que se ha ido entretejiendo utilizando la educación– se pueden unir firmemente.

6. En el plano individual, cada persona se convierte en un activo que puede contribuir MUCHO MÁS a nuestro progreso y que tiene a donde recurrir en caso de que el sistema falle. Actualmente, las personas carecen de ese lujo porque la gran mayoría no puede ofrecer su trabajo, en un sentido más material que servicial, en otros lugares.
7. Finalmente, para este ejercicio, el Gobierno hubiese logrado algo maravilloso que, en todos los niveles, aumentaría la posibilidad de alcanzar los objetivos que se hubiese planteado a sí mismo y, donde fuese insuficiente, hubiese tenido que enfrentarse a una población educada que comprende los problemas, busca respuestas sin perder la razón y no ataca a los extranjeros que llegan a nuestro país en busca de una mejor vida.

Cada día se me ocurren muchas maneras en las que una población educada podría resolver gran parte de los problemas a los que nos enfrentamos. En cambio, una masa sin educación plantearía el mayor de los desafíos tanto al Gobierno como a todos nosotros.
Por esta razón, considero que –dejando de lado las cuestiones que amenazan nuestra vida– tenemos que optar por EDUCACIÓN, EDUCACIÓN y EDUCACIÓN si queremos que nuestros sueños se hagan realidad.

Michael Trapido

Thought Leader

(1 ).- Partido Comunista Sudafricano (PCSA).

Traducción y notas Victoria Porro

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