Varios ataques perpetrados por la milicia renegada del estado petrolero del Sur de Sudán, Jonglei, han dejado al menos 211 muertos, según ha informado un ministro del Sur el día 15 de febrero, duplicando las estimaciones anteriores sobre la cifra de muertos.
La violencia ha reavivado la preocupación por la seguridad de la región subdesarrollada, donde los votantes, el mes pasado, votaron arrolladoramente a favor de la independencia, en el referéndum.
El ejército del sur de Sudán dice que las fuerzas leales a George Athor, un ex oficial del ejército que lanzó una revuelta después de perder las elecciones del año pasado, llevaron a cabo los ataques de Jonglei, la semana pasada.
El grupo petrolero francés Total lidera un consorcio que controla la concesión del petróleo de Jonglei, apenas explorado.
Funcionarios del ejército y del gobierno han declarado que la magnitud de los asesinatos aumentó después de que se encontraran cuerpos de mujeres, niños y otros civiles, que aún yacían en el suelo, en zonas remotas de la región.
Pagan Amum, un alto cargo del partido en el gobierno de Sudán del Sur, repitió las acusaciones hacia el norte, que según él, intenta desestabilizar el sur, armando a las milicias, pero no llegó a implicar directamente a personas del gobierno del norte.
“Ha sido una masacre de nuestro pueblo y es verdaderamente muy doloroso”, declaró a los periodistas. “Somos una sociedad traumatizada… hay armas en muchas manos”.
“Hoy, los grupos armados están siendo financiados, armados y enviados al sur por el norte. Todos sabemos que las armas que usa George Athor, que causó la masacre de Fangak, provienen de Jartum”, dijo Amum, secretario general del Movimiento para la Liberación del Pueblo de Sudán, SPLM, que domina el gobierno del sur.
Rabie Abdelati, un alto miembro del partido que domina el gobierno del norte, el Partido del Congreso Nacional, NCP, ha negado las acusaciones. “El grupo de Athor es del sur, y no hay conexión entre el NCP y Athor”, declaró.
(IOL, 16-02-11)