Una ciudad limpia comienza por uno mismo

29/04/2013 | Opinión

No es algo inusual ver a un conductor cualquiera bajar la ventanilla de su coche, soltar una bolsa repleta de restos de comida rápida, una lata de refrescos, o una cajetilla de tabaco y tirarla a la calle o en la autopista, y salir corriendo de forma temeraria. Tampoco es anormal ver peatones o viandantes que casualmente, y sin vergüenza alguna, ensucian las calles con todo tipo de desperdicios. Es, ni más ni menos, la realidad de lo que ocurre en Johannesburgo y en el resto del país a diario. Seguramente no hay excusas para lanzar la basura por la ventanilla del coche cuando la manera más fácil es parar un minuto y tirarla en la papelera el cubo de basura. ¿Acaso está bien desperdigar basura por doquier? A las personas que hacen esto no les importa lo más mínimo.

El problema de basuras de Johannesburgo es parte de un problema mundial de gestión de basuras. Tan solo para ilustrar el alcance del problema, el presupuesto anual de la empresa Pikitup es de casi 1 billón y medio de Dólares surafricanos. Y una vez realizada, el viento y las condiciones climatológicas se encargan del resto, esparciéndola por calles, carreteras y alcantarillados. Y al final va a parar a un río, como el Jukskei, y de ahí al Océano. Cajetillas de tabaco, envoltorios de tentempiés, restos de comida rápida y cascos de bebidas son los desperdicios más habituales. Un reciente estudio realizado a nivel mundial descubrió que los cigarrillos son uno de los desechos más contaminantes y peligrosos. El estudio ha desvelado que un cigarrillo puede tardar hasta 12 años en desaparecer, dejando elementos tóxicos como cadmio, plomo y arsénico depositados en suelos y ríos.

La tarea de limpieza y gestión de basuras recae generalmente en los gobiernos locales y en empresas de gestión de residuos como Pikitup, que gastan millones anualmente en limpieza. La verdad es que Johannesburgo podría ser una ciudad limpia. Si los habitantes colaboraran con los diferentes departamentos y la empresa Pikitup, se podrían conseguir grandes logros. He tenido la oportunidad de dirigir Pikitup desde octubre de 2012, que como muchos ciudadanos y visitantes saben se encarga de la recogida de basuras. Pero también es conocida por su incapacidad de recoger a tiempo los trastos viejos, los cubos de basura abandonados, o de seguir financiando sus servicios en los barrios de chabolas Debido a esta mala fama, he tomado la total responsabilidad, y me esforzaré todo lo que pueda durante mi mandato para devolver la integridad a la institución, trabajando conjuntamente con el que considero un equipo fantástico de hombres y mujeres, que hemos seleccionado para precisamente arreglar la situación con el apoyo de las autoridades de Johannesburgo.

Nuestra principal estrategia se apoya en una sentencia de Albert Einstein: “un problema no se puede solucionar con el mismo nivel de conciencia con el que fue creado”. Si Sudáfrica fuera un estado policial, pediría multar y penalizar a los ciudadanos incívicos. Singapur lo hizo. Durante años, en Singapur, funcionarios camuflados responsables de mantener limpia la ciudad pillaron y multaron a los ciudadanos incívicos. Se trataba de una operación encubierta en la que funcionarios de paisano pillaban in fraganti a residentes o turistas justo en el momento que tiraban cigarrillos al suelo o actos similares. A los que pillaban tirando envoltorios o cigarrillos al suelo, les multaban con alrededor de 125 euros, y a los que pillaban tirando objetos más grandes como latas de refrescos eran multados con alrededor de 600 euros e incluso castigados con trabajos de limpieza en las calles. Singapur es también conocida por las graves multas que infringe a los ciudadanos que escupen, orinan en los ascensores o no tiran de la cadena en los aseos públicos. Singapur lo hizo. ¿Porqué no podemos nosotros? Y si lo hacemos, mejor cuánto antes, ya que corre la voz de las futuras medidas, las cosas empezarían a cambiar.

Una vez, un funcionario de tráfico me dijo durante una conversación casual que le parecían muy duras estas medidas. Le contesté: ¿estás de broma? Hay controles de carretera para pillar a los conductores que corren o a los vehículos que circulan en malas condiciones. Si puedes ser multado por no llevar el cinturón de seguridad, ¿porqué no puedes serlo por arrojar basura por la ventanilla del coche, cuando la mayoría de nosotros detestamos este comportamiento y aplaudiríamos las multas? Sería todo un comienzo. Se organizarían programas específicos a las escuelas con oradores carismáticos que concienciaran y enseñaran a los escolares sobre cómo cuidar correctamente su comunidad. La otra solución es animar y alentar la formación de brigadas de limpieza por barriadas para involucrar a los vecinos en las tareas de limpieza. Ensuciar calles y parques es algo muy común. Lo mismo pasa con tirar los desperdicios por la ventanilla del coche. Esto es inaceptable. Nuestras ciudades no son para nada cubos de basura. Y es aquí donde los habitantes de Johannesburgo pueden jugar un importante papel para mantener su ciudad más limpia: no permitiendo y no tolerando a otros que ensucien las calles. Las familias pueden contribuir enseñando. Abuelos y padres pueden concienciar a sus hijos y al contrario si fuera necesario a usar el cubo de basura, bolsas especiales, y porqué no, incluso el cenicero del coche.

Recordatorios constantes producen comportamientos habituales. Las señales callejeras pueden ser altamente efectivas, los almacenes y supermercados pueden poner contenedores. Los vecinos no merecen otra cosa. Al margen de una gestión planificada, la gente necesita saber que los barrenderos, cortadores de césped y podadores de árboles tampoco han desaparecido. Reducir los residuos urbanos al mínimo posible es fácil, pero necesita perseverancia. Para los que empiezan, no tire desperdicios por la ventanilla del coche, asegúrese de tener un cubo de basura en casa y si es viandante, no tire desperdicios al suelo. No olviden llevarse consigo sus desperdicios cuando vayan a un parque o a cualquier otro sitio público. Y si todavía fuma, ¿Porqué no le hace un favor al medio ambiente y lo deja definitivamente? Y si la carretera por la que va al trabajo a diario está llena de basura también, ofrézcase a limpiarla y mantenerla limpia. Pienso que cada uno de nosotros debería ser responsable de mantener limpia la acera de su casa. Demuestre que está orgulloso de su ciudad y manténgala limpia.

Asegurémonos que arreglamos los pavimentos en mal estado y que las bolsas de plástico, que flotan por todas partes, no crean un daño irreparable en nuestro modo de vida. Deberíamos estar orgullosos de nuestras ciudades, nuestros pueblos, nuestras barriadas y suburbios. Una ciudad limpia, un pueblo, un barrio limpios nos harán apreciar mucho más dónde vivimos, al margen de los problemas que tengamos que hacer frente y le dará calidad a nuestras vidas. Esto demostrará que estamos orgullosos de nuestro país y de nuestra comunidad.

Amanda Nair (Directora Gerente de de Pikitup, la empresa de recogida de basuras de Johannesburgo)

(The Star, Sudáfrica)

(Traducción de Yolanda Gonzalo Balmisa)

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