La explosión de una bomba puesta en un autobús ha causado la muerte de 7 personas y unos 30 heridos, este domingo, día 18 de noviembre, en Eastleigh, un barrio de Nairobi, capital de Kenia, con una gran comunidad de somalíes. El día 19 de noviembre, se producían, no lejos del atentado, enfrentamientos entre kenianos y somalíes.
Tras el atentado, varios grupos de kenianos, somalíes y kenianos originarios de Somalia, se han enfrentado violentamente en la capital. Se acusan mutuamente de ser los responsables de la explosión de esta bomba, puesta en un autobús, que ha causado la muerte a 7 personas y heridas de diversa consideración a 30.
Según el jefe de la policía de Nairobi “hay disturbios, varias personas han resultado heridas, pero estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano para contenerlos”, según informa la AFP, “después del atentado, se produjeron enfrentamientos entre kenianos y somalíes en el lugar de la explosión, lo cual obligó a la policía a realizar disparos al aire para dispersar a la multitud”.
Un atentado de una violencia sin precedentes
El atentado fue de una violencia sin precedentes. La fuerza de la explosión no dejó muchas posibilidades de supervivencia a los ocupantes del autobús.
Además de los 7 muertos y los 30 heridos, “la mayoría de los pasajeros tienen quemaduras y cortes”, el director del Hospital Nacional Kenyatta de Nairobi, Richard Lesiyampe, dice que la mayoría de los heridos necesita transfusiones de sangre, porque han perdodo mucha.
Kenia es un país bajo tensión. Los atentados se multiplican en las últimas semanas. Más de 42 policías fueron asesinados, el día 10 de noviembre, en la región del norte del país de Baragoi. Las autoridades de Kenia atribuyeron esta masacre a los ladrones de ganado. El ejército ha sido desplegado en esta región del norte, el día 13, urgentemente, para asegurar la zona.
Por ahora, los sospechosos de la muerte de los 42 policías siguen libres, mientras que un sospechoso del atentado del día 18 ha sido arrestado en Nairobi, y se encuentra actualmente bajo vigilancia policial, según el jefe de la policía de Nairobi.
Curly Mwamba
(Afrik.com, 19-11-12)