Treinta y siete personas fueron condenadas a muerte en la República Democrática del Congo por el fallido intento de golpe de Estado que tuvo lugar el pasado mes de mayo. El tribunal de la capital, Kinshasa, condenó a los 37 acusados e impuso “la pena más severa, la de muerte” en el veredicto pronunciado por el juez presidente, el mayor Freddy Ehuma, en una vista judicial militar al aire libre que fue transmitida en directo por televisión.
Tres estadounidenses, vestidos con ropas de prisión azules y amarillas y sentados en sillas de plástico, parecían estoicos mientras un traductor explicaba su sentencia.
Los otros estadounidenses son Tyler Thompson Jr., de 21 años, que voló a África desde Utah con el joven opositor Christian Malanga para lo que su familia creía que eran unas vacaciones, y Benjamin Reuben Zalman-Polun, de 36 años, que, según se informa, conocía a Malanga a través de una empresa minera de oro.
Seis personas murieron durante aquel nefasto acontecimiento, liderado por el líder opositor Christian Malanga, que tuvo como objetivo el palacio presidencial y un aliado cercano del presidente Félix Tshisekedi.
Según el ejército congoleño, Malanga fue abatido a tiros cuando se resistió al arresto, poco después de retransmitir en directo el ataque en sus redes sociales.
El hijo de Christian Malanga, Marcel Malanga, de 21 años, ciudadano estadounidense, también fue condenado junto con los demás participantes en el ataque.
A pesar de la condena, los acusados, entre ellos cinco estadounidenses, un británico, un belga, un canadiense y varios congoleños, pueden apelar sus condenas por terrorismo, asesinato y asociación criminal.
Fuentes: AP – Africanews – O País
[Traducción y edición, Jesús Zubiría]
[CIDAF-UCM]
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