El Tribunal Supremo de EEUU decidirá si antiguos oficiales de gobiernos extranjeros, que cometieron abusos de los derechos humanos mientras estaban en el cargo, tienen derecho a la inmunidad.
El día 3 de marzo el tribunal Supremo de los Estados Unidos vio el caso sobre un ex ministro de Defensa somalí acusado de torturas. El caso presenta ante el tribunal la cuestión de la legislación estadounidense tanto sobre la inmunidad como sobre la tortura.
Andea Parsow, una consejera sobre antiterrorismo de la organización Human Right Watch, detalla las particularidades de este caso, que data de los años 80.
“Hay supervivientes de tortura que afirman que fueron torturados en Somalia, por su asociación de clan. Han averiguado que el sospechosos Samantar está viviendo en los Estados Unidos y le han demandado, bajo la legislación americana, alegando que es responsable de la tortura a la que fueron sometidos y debería pagarles compensación por los daños sufridos”, señala.
El ex ministro de Defensa de Somalia, Mohamed Ali Samantarm que también fue primer ministro de Somalia, actualmente vive en Virginia, EEUU. Él alega que es inocente de las acusaciones de tortura y afirma que los demandantes eran parte de un movimiento, apoyado por extranjeros, que quería escindirse de Somalia, y fueron tratados como invasores.
Entre los demandantes hay un ciudadano nacionalizado americano que asegura que fue torturado y mantenido en confinamiento solitario durante seis años. Entre los supuestos casos de tortura se incluyen electrocuciones y posiciones de estrés. Además niega haber formado parte de ninguna rebelión.
Otro ciudadano estadounidense dice que su padre, hermano y primo fueron secuestrados y nunca más supieron nada de ellos.
Hace caso 20 años, el Congreso de los EEUU aprobó una ley de Protección de Víctimas de la Tortura, que permite a las víctimas presentar casos judiciales ante los tribunales americanos contra individuos que cometieron actos de tortura fuera de los Estados Unidos.
Pero en este caso, esa ley, como explica Parsow, se opone a otra, la de la Inmunidad Soberana Extranjera, que proporciona a los oficiales de los estados extranjeros inmunidad frente a las leyes de EEUU.
(Shabelle, Somalia, 03-03-10)
