El arzobispo de Tamale, en Ghana, Philip Naameh, informó que había suspendido a un religioso local “inmediatamente y de forma indeterminada”, hasta que éste diera “pruebas claras de reforma” a través de los mecanismos previstos para tal fin. El arzobispo, que señaló que se aplicarían las sanciones establecidas en el canon 1396 1 y 2 del código del derecho canónico, comunicó que se acusaba de dejar vacante su puesto desde enero del presente año, no habiendo hecho caso a las diferentes llamadas al orden que se le habían efectuado: «Quien viole gravemente la obligación de residencia a la que está sujeto por razón de un oficio eclesiástico será castigado con una pena justa, sin excluir, tras una advertencia, la privación del oficio».
Kelvin Minnow, el sacerdote apercibido, podría quedarse sin su salario durante el perido de esta sanción, e incluso podría afrontar medidas más severas, incluso enfrentarse a la expulsión del estado clerical, si no informara si llagaran a pasar seis meses sin informar de su paradero.
Fuente: George Nwachukwu – Agencia de noticias RECOWA-CERAO (RECONA)
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