Burkina Faso es un país tan grande como la mitad de España, pero los 17 millones de burkineses presentan una gran diversidad de lenguas, razas, religiones, tradiciones, etc. Según el censo de 2006, el 61 % de la población se declara musulmana (ya hemos evocado el islam burkinés en esta sección), el 19 % son católicos, el 15 % practica la religión tradicional y el 4 % pertenecen a alguna confesión protestante.
Ya antes de los atentados islamistas de enero pasado, las autoridades crearon el Observatorio Nacional de Fenómenos Religiosos (ONAFAR) con vistas a prevenir las derivas confesionales y los fenómenos potencialmente peligrosos para la convivencia en el país. Ahora acaba de reunirse, entre el 5 y el 7 de abril 2016, para evaluar su primer año de existencia, en la ciudad de Kombissiri.
A pesar de los problemas, especialmente por la ausencia de dotación presupuestaria, en su conjunto, todos los participantes han saludado la existencia de esta institución oficial destinada, en palabras del presidente de la ONAFAR, el sacerdote Jean-Baptiste Sanou, a promover el diálogo interreligioso, la tolerancia y la paz social en Burkina Faso. Uno de los proyectos más concretos es la colaboración con el Consejo Superior de la Comunicación para velar sobre el contenido religioso de todas las emisiones y publicaciones.
El emblema de la ONAFAR merece ser conocido: se trata de una lupa que simboliza la O de la ONAFAR y de una piragua en la que los diferentes pasajeros se dan la mano. Según el P. Jean-Baptiste Sanou: “Para que esta piragua, que simboliza Burkina Faso, realice su travesía sin problemas en las aguas a menudo tumultuosas de la historia, es necesario que todos seamos solidarios y que rememos en la misma dirección”.
José María Cantal Rivas, editor de AfrIslam
Fuentes:
– Observatoire national des faits religieux : Pour une prévention des dérives confessionnelles
– Observatoire des faits religieux : L’absence de financement a constitué un handicap
[Fundación Sur]
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