20210426efs-web.mp3La ética, como la filosofía o la religión, no están de moda. Sin embargo, pensar críticamente, con valores y principios humanos y universales, es necesario para ser, relacionarnos y actuar de forma humana y responsable.
Hablamos aquí de una ética de mínimos, basada en los valores, derechos y deberes humanos universales. Lo hacemos sabiendo que esta ética de valores humanos puede ser completada por los valores espirituales.
Hans Küng hace un análisis profundo de la realidad actual, que va desde la modernidad a la postmodernidad. Esto le lleva a concluir que hay un problema más serio: una «crisis de orientación moral», que se ha extendido por todo el mundo. Todo ello refuerza aún más el llamamiento a una «ética mundial», una reflexión sobre el talante ético que debe regir nuestros proyectos y acciones. “Un ethos global para todos los ámbitos de la vida”
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Un «ejercicio responsable» de la economía, política, ciencia, derecho, pedagogía, etc., que apueste por la dignidad del ser humano. Se busca que todos seamos capaces de asumir un consenso mínimo que, ya existe el seno de las culturas y de las religiones, y que puede ser el fundamento de una ética mundial: «Un consenso básico mínimo relativo a valores vinculantes, criterios inalterables y actitudes morales fundamentales”, afirma Hans Kung.
“Existen cuatro obligaciones o recomendaciones inalterables, que se encuentran en las tradiciones éticas de la humanidad, a las cuales no podemos renunciar. Hemos de asumirlas y ponerlas en práctica. Ahora el esfuerzo está en saber captarlas y traducirlas en los distintos ámbitos sociales:
– Compromiso a favor de una cultura de la no violencia y respeto a la vida humana. Respeta toda vida.
– Compromiso a favor de una cultura de la solidaridad y de un orden económico justo: Actúa justamente.
– Compromiso a favor de una cultura de la tolerancia y un estilo de vida honrada y veraz: Habla y actúa verazmente.
– Compromiso a favor de una cultura de la colaboración y la igualdad de derechos y por la hermandad entre el varón y la mujer: Respetaos y cuidaos los unos a los otros.
Tanto la economía como la política deben respetar una “ética global”l que permita encauzar todos los mercados, recursos y servicios para que todos los seres humanos puedan vivir con dignidad. La Globalización necesita una ética global.
La mayoría de los líderes políticos, atrapados en sus propios intereses, apenas tocan los meros síntomas de los males sociales, pero delatan su incapacidad para analizar y sanar las raíces del mal.
Según H. Kung, dos principios básicos subyacen a todos los valores y normas éticas: la humanidad y la reciprocidad. En otras palabras: la dignidad humana y la solidaridad.