La autora publica en internet el libro prohibido en Uganda
El consejero superior presidencial sobre Relaciones Públicas y con los Medios de Uganda, John Nagenda, ha calificado la incautación del libro de la doctora Olive Kobusingye una broma de mal gusto.
El consejero ha dicho que el libro no debería haber sido embargado en primer lugar y que debería ser puesto a disposición del público inmediatamente. El libro, “The Correct Line? Uganda Under Museveni” (¿La línea correcta? Uganda bajo Museveni), fue embargado por el servicio de Aduanas en el aeropuerto internacional de Entebbe, el pasado día 8 de octubre, poco después de que la empresa de transportes DHL entregase el envío.
El comisario de Aduanas, Peter Malinga, dijo que el envío del libro había recibido el visto bueno para su entrada, pero que la policía y otras agencias de seguridad habían pedido que se les entregasen las copias para su investigación.
El ministro de Interior, Kirunda Kivejinja, explicó después ante el parlamento, que el libro estaba siendo retenido porque tenía “connotaciones de seguridad”.
El libro es una exposición de lo que el presidente Museveni ha dicho que defiende y lo que ha hecho o presidido en realidad, durante su mandato. Es la clara yuxtaposición de las promesas y el incumplimiento flagrante de las mismas, lo que algunas personas dentro del gobierno deben considerar incómodo sobre el libro.
“Es totalmente absurdo embargar el libro y hablar de seguridad. No hay nada en ello que amenace la seguridad”, señaló Nagenda, visiblemente consternado al periódico The Observer. “El publico”, añadió, “no es estúpido, el gobierno debería dejar a la gente leer el libro y sacar sus propias conclusiones”.
En su columna semanal, en el diario ugandés The Vision, Nagenda argumentó que la acción, con la que el gobierno espera acabar con cualquier otra atención sobre el asunto, lo que ha logrado es “¡precisamente lo contrario!”. Añadiendo que el gobierno ha dado muchísima más publicidad al libro de la que tal vez hubiera tenido sin esta medida.
Curiosamente, aunque el gobierno dice que está llevando a cabo investigaciones, todavía no se ha llamado a la autora para preguntarle o bien sobre los contenidos o bien por las motivaciones que la llevaron a escribir el libro.
Nagenda, que formó parte de la Comisión de Investigación sobre Violaciones de Derechos Humanos en 1986, es mencionado en el libro defendiendo la existencia del uso de “casas de seguridad”. El cometido principal de la comisión era investigar arrestos arbitrarios, detenciones y asesinatos.
“Es un hecho que por muy buena intención que tengas, para gobernar un país va a tener “casas de seguridad”… algunas personas deben hacer el trabajo sucio para salvaguardar tu seguridad. Nunca me he opuesto a las “casas de seguridad”, explicó Nagenda.
Las “Casas de Seguridad” son instalaciones de detención ilegal en las que se detiene a la gente sospechosa de actividades subversivas. Lejos de garantizar la seguridad, como sugiere el nombre, algunas personas han sido torturadas en el proceso de extraerles confesiones.
Se ha producido una oleada de apoyo y curiosidad por el libro, particularmente desde que el día 14 de octubre, The Observer reseñó el libro y entrevistó a su autora, Olive Kobusingye.
Muchos lectores han discutido maneras alternativas de acceder al libro, con algunos de ellos sugiriendo que debería publicarse online, en algún sitio web desde donde pueda descargarse.
Mientras que ya está a disposición del público en Amazon.com, la librería más grande del mundo, y Google Books, Kobusingye ha declarado que el libro al completo será colgado aquí [en la página web de The Observer], a capítulo por día, para que sea leído gratuitamente, después de discutirlo con la editorial.
Aunque está de acuerdo con que esto reducirá sus ventas, ella está contenta porque la gente podrá leerlo a pesar de las restricciones del gobierno. “Pienso como autora, cuando escribes un libro quieres compartir tus ideas con el mayor número de gente posible. Es la mayor motivación. Ahora, si ganas dinero con lo que has escrito, eso tampoco está mal”.
La autora había planeado utilizar los ingresos del libro para pagar los procesos legales de las personas de cuyos derechos se ha abusado. “Ahora, como el libro no va a ser vendido, este plan también se verá afectado”, lamentó Kobusingye.
Gaaki Kigambo
(The Observer, Uganda, 20-10-10)
Traducido por Rosa Moro, de Fundación Sur.