Un informe advierte que hay que prestar más atención al rol de las mujeres en los conflictos si se quieren implantar programas efectivos

10/02/2009 | Crónicas y reportajes

Las jóvenes no sólo son combatientes en las guerras actuales africanas, también participan en todo un elenco de diferentes roles. Aunque con todo, siguen siendo invisibles en estos contestos a los ojos de las políticas del norte y de las ONG.

El Instituto Nórdico para África, (Nordiska Afrikainstitutet), es un centro para la investigación, la documentación y la información sobre el África moderna en los países nórdicos, con sede en Suecia, aunque pertenecen a él y es financiado por Finlandia, Noruega, Islandia, Dinamarca y Suecia. Publica informes, análisis e investigaciones críticas y alternativas, para buscar la cooperación entre los expertos africanos y los de la región nórdica.

En uno de los últimos informes que ha publicado, “Young female fighters in Africa Wars. Conflict and its consecuences”, (mujeres jóvenes combatientes en las guerras africanas. Conflicto y sus consecuencias), elaborado por Chris Coulter, Mariam Persson and Mats Utas.

Este trabajo, que ellos engloban dentro de sus diálogos políticos, argumenta que para mejorar las políticas y los programas es necesaria una comprensión más amplia de los diferentes roles de las mujeres jóvenes y de su participación en los conflictos armados de África a lo largo de la historia y hoy día. La intención es dar a los legisladores y los que toman las decisiones de la Ayuda una visión de las circunstancias de las mujeres jóvenes en las situaciones de guerra y de posguerra en África.

Hay que ocuparse de asuntos como el estigma, la desmovilización segura y problemas individuales, sobre los matrimonios en periodos de posguerra, salud, y educación, de una manera más amplia en el sentido de género y con una comprensión de la agencia de las mujeres jóvenes tanto en la paz como en la guerra. Este documento se centra en temas sobre secuestro, reclutamiento voluntario, mujer como mano de obra en los movimientos rebeldes, desarme y desmovilización de mujeres combatientes, y cómo reconstruir sus vidas una vez que se ha implantado la paz.

El informe concluye que no se han aprovechado las oportunidades de apoyar la igualdad de género, en muchas situaciones de post conflicto. A menudo, en lugar de aprovechar estas oportunidades se han reintroducido los estereotipos tradicionales en torno al género o sexo, y las divisiones del trabajo, y algunas veces incluso se han reforzado con los programas de DDR (Desarme, Desmovilización y Reintegración). Puede haber varias razones para esto y pueden adoptar diferentes expresiones. Por ejemplo, parece ser algunas veces se les ha negado a las mujeres jóvenes combatientes el acceso a los programas DDR oficiales, porque la comunidad internacional no las reconoce como auténticas combatientes.

El informe recomienda:

1- Reconocer a las mujeres jóvenes como actores en la guerra: los profesionales sobre el terreno, como son Organizaciones No Gubernamentales, ya sean nacionales o internacionales, agencias de Naciones Unidas y donantes de ayuda internacionales, siempre deberían asumir que las mujeres jóvenes están involucradas en la guerra activa como combatientes en los conflictos contemporáneos de África.

2- La asistencia humanitaria y los programas DDR deben promover la igualdad de género: la asistencia humanitaria y los programas DDR para los ex luchadores deben aprovechar la oportunidad de apoyar la igualdad de género y siempre administrar sus programas de un modo que tenga en cuenta el sexo; de lo contrario, estas intervenciones se arriesgan a agravar o reintroducir las desigualdades de género.

3- Los programas deben comprender y conectar con el contexto local: el conocimiento a nivel local y del contexto específico del conflicto y sus actores es imperativo cuando se planean e implementan los programas DDR. Las experiencias de las mujeres jóvenes en las fuerzas de combate pueden variar significativamente, dependiendo de varios factores como el tipo de conflicto, el modo de reclutamiento y las posiciones de estatus o roles de las mujeres dentro del grupo armado.

4- Abusos sexuales, trauma y estigma: debería tomarse conciencia de que muchas mujeres jóvenes sufren la explotación sexual y los abusos en las fuerzas de combate. Es importante comprender los conceptos locales de violación y estigma social para ocuparse de estos temas de manera adecuada sobre el terreno.

5- El trabajo productivo de las jóvenes: no debe darse por supuesto que la principal razón para el secuestro de una joven por parte de las fuerzas combatientes es mantenerlas como esclavas sexuales. El trabajo productivo de las mujeres en el contexto de las fuerzas armadas ha recibido muy poca atención. Los movimientos rebeldes en África necesitan mujeres y niños para mantener su sistema de guerra y les secuestran por esta razón.

(Pambazuka, 07-02-09)

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