Un giro hacia la indigenización en Zimbabue podría hacer ganar votos al partido de Mugabe

4/05/2012 | Crónicas y reportajes

Un aviso escrito en negrita y pegado en la puerta del edificio Mukwati, en Harare [capital de Zimbabue] que alberga las oficinas del ministerio de Desarrollo de la Juventud, Indigenización y Empoderamiento, dice: “cerrado para el almuerzo hasta las 2 p.m.”. Las más o menos 20 personas que hacen cola afuera empiezan a merodear por la zona de la recepción cuando quedan cinco minutos para las dos, provocando que un guardia de seguridad grite “todavía no son las dos en punto!”.

La oficina del ministro Saviour Kasukuwere está en la planta 20, el destino de mucha de la gente que hace cola fuera. Es una sala grande e impresionante, dominada por un juego de enormes sofás de piel blanca. Me hace una señal para que me siente y dice con emoción: “hemos cambiado el país para siempre”.

Es fácil ver por qué Kasukuwere acaparó el centro de atención el año pasado. Prometió intensificar el programa de indigenización y no parece preocupado por estar asustando a los inversores extranjeros.

En marzo, Kasukuwere se anotó una gran victoria frente a la compañía surafricana minera Implants Platinum, cuando obligó a entregar el 51 % de las acciones de sus operaciones en Zimbabue, Zimplats, al pueblo zimbabuense.

Otras compañías mineras extranjeras, Mimose Mine, Rio Tinto y Aquarius Platinum, fueron detrás. Las tecnicidades del programa, como el polémico asunto de la compensación a las compañías mineras extranjeras, no parecen preocupar a Kasukuwere.

Algunos economistas dicen que el gobierno debería pagar 678 millones de dólares por su participación en Zimplats. Pero Kasukuwere descarta a un lado las preocupaciones por las compensaciones a las firmas extranjeras mientras explica las muchas facetas positivas del programa de indigenización.

Era una “medida correctiva” que pretendía corregir las injusticias del colonialismo, declaró, y pretendía “empoderar” a los negros marginados que ahora, finalmente tienen la oportunidad de poseer una participación en la riqueza de su país. Entonces “¿por qué debería yo pagar nada por algo que nos pertenece por derecho?”, explicó Kasukuwere.

El ministro de Finanzas, Tendai Biti, un miembro del Movimiento para el Cambio Democrático, de la oposición, dijo en un simposio en Washington, el mes pasado que el programa “sólo beneficiaría a las nuevas élites negras”.

“No me importa lo que la gente blanca dice sobre mí”, afirma Kasukuwere, “pueden escribir lo que quieran. No cambiarán el programa de indigenización en absoluto”.

Otro elemento que está emergiendo rápidamente como una piedra angular de los fundamentos del programa son las próximas elecciones, Kasukuwere espera que esto gane votos para el partido del presidente Robert Mugabe, Zanu-PF.

Cada vez hay más posibilidades de que se celebren unas elecciones este año. Se ha finalizado un borrador de constitución y un referéndum sobre el mismo, que debe celebrarse antes de las elecciones, es lo siguiente del plan político.

Preguntado sobre si cree que el programa de indigenización podría aumentar las fortunas del Zanu-PF en las próximas elecciones, Kasukuwere dijo: “¿cómo es posible que la gente rechace un partido que los empodera? ¿Qué partido político no aprovecharía este programa para obtener votos? Sería de tontos no hacerlo. No me avergüenzo de ello, porque la indigenización es el punto de vista de mi partido y será un factor determinante en las próximas elecciones”.

(Mail & Guardian, Suráfrica, 04-05-12)

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